El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, anunció este domingo que, dado el veloz deterioro de la situación humanitaria en Sudán, despachará de inmediato al responsable de Asuntos Humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, a ese país y a la región.
En un comunicado, Guterres señaló que la escala y la velocidad de lo que está pasando no tiene precedentes en Sudán.
“Estamos extremadamente preocupados por el impacto inmediato y a largo plazo en la población en Sudán y en la región en general”, apuntó en un comunicado de su portavoz.
Asimismo, instó una vez más a las partes en conflicto a proteger a la población y la infraestructura civil, a permitir el paso seguro de los civiles que huyen de las hostilidades, a respetar a los trabajadores y activos humanitarios y a facilitar las operaciones de socorro.
También les pidió a respetar al personal y el transporte sanitario, así como las instalaciones médicas.
Llamado a extender el alto el fuego
Poco antes de este anuncio y ante los reportes de ataques aéreos en Jartum, el Mecanismo Trilateral, formado por la Unión Africana, el bloque de África Oriental IGAD y la ONU, había llamado a los generales Abdel Fattah al-Burhan y Mohamed Hamdan Daglo, conocido como “Hemedti”, a extender 72 horas más el alto el fuego.
Además de acordar la tregua de tres días, el Mecanismo solicitó a los actores enfrentados a garantizar su implementación a cabalidad.
“Puesto que el pueblo sudanés necesita urgentemente una pausa humanitaria, el Mecanismo Trilateral insta a las partes en conflicto a respetar el alto el fuego, proteger a los civiles y abstenerse de atacar áreas pobladas por civiles, escuelas e instalaciones de atención médica”, recalcó.
“Este alto el fuego también allanaría el camino para conversaciones entre ambas partes hacia el establecimiento de un cese permanente de hostilidades”, agregó.
Transición turbulenta
Sudán ha vivido una transición turbulenta hacia un gobierno civil a raíz del derrocamiento del presidente Omar al-Bashir en abril de 2019. Un gobierno de poder compartido que reunió a líderes militares y civiles también fue derrocado en un golpe de Estado en octubre de 2021.
A partir de mayo de 2022, el l Mecanismo Trilateral ha facilitado conversaciones y en diciembre pasado logró la firma de un acuerdo para restaurar el gobierno civil.
Sin embargo, las esperanzas se desvanecieron hace dos semanas, cuando estallaron los combates entre el ejército sudanés regular, dirigido por el general al-Burhan, y las fuerzas paramilitares del general Dagalo, conocidas como Fuerzas Rápidas de Apoyo.
Cientos de personas han muerto y miles han huido, 20.000 de ellas al vecino Chad.
Suspensión de operaciones y compromiso de la ONU
La violencia e inseguridad también obligaron a las agencias de la ONU a suspender sus operaciones de ayuda en un país donde casi 16 millones de personas, o un tercio de la población, dependían de la asistencia humanitaria aún antes de esta crisis.
La ONU reubicó y evacuó al personal de Jartum y otros lugares de Sudán esta semana, pero continuará trabajando de forma remota, ya sea desde el interior del país o desde otras naciones.
Junto con sus socios, el sistema de las Naciones Unidas está estableciendo un equipo en la ciudad de Puerto Sudán, en la costa del Mar Rojo, que supervisará las operaciones de socorro y negociará el acceso humanitario con las autoridades de facto.
Los trabajadores humanitarios que ahora se encuentran en Puerto Sudán están listos para regresar rápidamente a Jartum en cuanto las condiciones lo permitan. En tanto, la ONU ha refrendado su compromiso con el pueblo de Sudán.
Por su parte, la Misión Integrada de Asistencia de la ONU para la Transición en Sudán (UNITAMS) informó que el gobernador del estado del Mar Rojo dio un parte sobre la situación humanitaria y de seguridad en esa localidad al jefe de esa Misión, Volker Perthes.
En ese intercambio, Perthes reiteró que la ONU no se irá del país y que trabajará desde Puerto Sudán hasta que la situación de seguridad en Jartum el regreso de los trabajadores.