Los conflictos, los eventos climáticos extremos y las crisis económicas continúan empujando a más y más comunidades a situaciones de hambre, revela un nuevo informe conjunto de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) publicado este lunes.
El estudio advierte que la inseguridad alimentaria aguda podría aumentar en magnitud y gravedad en 18 puntos del mundo, elevando a 22 el número de países con poblaciones hambrientas.
La FAO y el PMA urgen a una acción internacional inmediata para salvar vidas y medios de subsistencia en los lugares donde se prevé un empeoramiento del hambre aguda de junio a noviembre de este año.
Intervenciones inmediatas
El director general de la FAO, Qu Dongyu, afirmó que el mundo no puede seguir en el mismo camino si de verdad busca la seguridad alimentaria para todos, asegurando que nadie se quede atrás.
“Debemos echar a andar intervenciones agrícolas inmediatas y urgentes para ayudar a quienes están al borde del hambre a reconstruir sus vidas, además de encontrar soluciones a largo plazo para abordar las causas profundas de la inseguridad alimentaria”, dijo Qu.
Agregó que también se debe invertir en la reducción del riesgo de desastres en el sector agrícola para incrementar la resiliencia de las comunidades.
Por su parte, la directora ejecutiva del PMA señaló que en la actualidad no sólo hay más personas en más lugares del mundo pasando hambre, sino que la agudeza del hambre es peor que nunca.
“Este informe es claro: debemos actuar ahora para salvar vidas, ayudar a las personas a adaptarse al cambio climático y prevenir la hambruna. Si no lo hacemos, los resultados serán catastróficos”, recalcó Cindy McCain.
El Niño
Según los meteorólogos, hay un 82% de probabilidades de que El Niño se presente a mediados de 2023, lo que tendría implicaciones preocupantes en varios puntos críticos.
El Corredor Seco de Centroamérica sería una de las zonas que sufrirían con lluvias por debajo del promedio, y los eventos extremos alcanzarían también a partes del Sahel y el Cuerno de África.
El conflicto en Sudán
La crisis en Sudán ha provocado desplazamientos masivos de población y hambre entre quienes han debido abandonar sus hogares en busca de refugio y quienes los acogen, apunta el informe y añade que más de un millón de personas huirían del país, mientras que otros 2,5 millones de personas dentro de Sudán enfrentarán una hambre aguda en los próximos meses.
Sudán ya acogía a más de un millón de refugiados, y si el conflicto persiste, es probable que cientos de miles regresen a sus países de origen, muchos de los cuales ya están luchando con crisis de refugiados prolongadas y sin fondos insuficientes, agravadas por problemas sociales, políticos y económicos.
Las rutas de suministro de bienes comerciales y humanitarios hacia y desde Puerto Sudán son interrumpidas por la inseguridad, lo que pone en peligro los flujos de ayuda de emergencia y los esfuerzos regionales de socorro. También es probable que las interrupciones en el comercio, las actividades comerciales transfronterizas y las cadenas de suministro escalen los precios y agoten las reservas de divisas en varios países, particularmente en Sudán del Sur, un país que también depende de Puerto Sudán para las importaciones comerciales, humanitarias y petroleras.
El informe advierte que el desplazamiento a países vecinos y las interrupciones en el comercio también pueden causar tensiones entre las personas desplazadas, quienes las acogen y los recién llegados, ya que muchos países muy afectados ya están lidiando con un número significativo de desplazados que compiten por medios de vida y trabajo limitados, particularmente en Chad y Sudán del Sur, donde los entornos sociopolíticos frágiles podrían deteriorarse.
Riesgos socioeconómicos
Entre los riesgos socioeconómicos, la publicación menciona las consecuencias de la pandemia de COVID-19 y el impacto de la guerra en Ucrania.
Recuerda que para este año se proyecta una recesión económica mundial en medio de un endurecimiento monetario en los países de ingresos altos, que aumentará el costo del crédito, debilitará las monedas locales y exacerbará aún más la crisis de la deuda en las economías de ingresos bajos y medianos.
Agrega que los precios mundiales de los alimentos se mantendrían altos en los próximos meses y que la disminución del poder adquisitivo afectará negativamente el acceso de las familias a la comida en los próximos meses en muchos “puntos críticos”.
Alerta máxima
La FAO y el PMA mantienen a Afganistán, Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen en el nivel de alerta de hambre más alto, en tanto que Haití, Burkina Faso, Mali y Sudán fueron elevados al nivel más alto de preocupación.
Todos los “puntos críticos” de nivel superior tienen comunidades que enfrentan o corren el riesgo de hambruna o de caer en condiciones catastróficas. Estos lugares requieren la atención más urgente, advierte el informe.
Los organismos de la ONU también incluyen en la lista de “puntos críticos” con un gran número de personas encarando inseguridad alimentaria aguda, junto con factores que agravarían sus precarias condiciones en los próximos meses a El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.