El 10% de los niños en el mundo, unos 160 millones, trabaja en lugar de ir a la escuela. Este lunes, Día Mundial contra el Trabajo Infantil, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) compartió estas asombrosas cifras como recordatorio de la urgente necesidad de poner fin a esta práctica.
El director general de esa agencia de la ONU, Gilbert Houngbo, afirmó que, por primera vez en 20 años, l está lacra aumentando.
“El trabajo infantil rara vez se produce porque los padres sean malos o no se preocupen. Más bien surge de la falta de justicia social“, afirmó.
Solución: trabajo decente y protección social
Houngbo subrayó en Twitter que las “soluciones más eficaces” a la emergencia del trabajo infantil son el trabajo decente para los adultos, de modo que puedan mantener a sus familias, y la mejora de la protección social.
También indicó que para abordar las causas profundas del trabajo infantil es necesario poner fin al trabajo forzoso, crear lugares de trabajo seguros y saludables, permitir que los trabajadores se organicen y hagan oír su voz, así como acabar con la discriminación, ya que el trabajo infantil suele afectar a los más marginados.
Una cifra asombrosa para el África subsahariana
Más de la mitad de todas los menores sometidos al trabajo infantil, unos 86,6 millones, se encuentran en el África subsahariana, según una investigación conjunta de la OIT y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Casi el 24% de todos los niños de la región, o cerca de uno de cada cuatro, trabajan.
La mayor parte del trabajo infantil en la agricultura
La mayoría de los niños que trabajan en el continente africano, y de hecho en todo el mundo, lo hacen en la agricultura.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) declaró el lunes que la agricultura representa el 70% del trabajo infantil a nivel mundial y que el número de jóvenes que trabajan en este sector va en aumento.
La FAO subrayó que el trabajo infantil es tres veces más frecuente entre los pequeños campesinos, y en los sectores de la pesca o la silvicultura que en las zonas urbanas.
El organismo subrayó que los niños a menudo ayudan a sus padres en la producción de cultivos, la cría de ganado o la pesca, “principalmente para el consumo familiar”, y que si bien no todo este trabajo se considera trabajo infantil, “para demasiados niños, su trabajo, en particular en la agricultura, va más allá de los límites de la seguridad y el bienestar y cruza a una forma de trabajo que puede perjudicar su salud o sus oportunidades educativas”.
Garantizar la infancia a los niños
Las agencias de la ONU subrayan la necesidad de abordar el problema “desde el terreno hasta el nivel mundial, para garantizar que los niños tengan una infancia”.
La FAO trabaja en la eliminación del trabajo infantil en sectores clave como el cacao, el algodón y el café. Junto con la OIT y la Unión Europea, ha llegado a más de 10.000 mujeres, hombres, jóvenes y niños en Burkina Faso, Malí y Pakistán como parte de un proyecto destinado a abordar el trabajo infantil en las cadenas de valor del algodón mediante la mejora de los medios de subsistencia de los hogares, la capacitación económica de las mujeres y la sensibilización sobre el problema.
También ha desarrollado un marco para acabar con el trabajo infantil en la agricultura, con el objetivo de orientar a los responsables políticos, y ha apoyado a países como Uganda y Cabo Verde en el desarrollo de políticas de prevención.