En un comunicado, Laroche urgió a todos los combatientes a desistir de los actos de agresión y a respetar la vida de los civiles.
“Se trata de una situación trágica”, dijo el funcionario. “Es aberrante ver cadáveres arrastrados por las calles de la ciudad. Es una violación clara de la ley humanitaria internacional y este tipo de actos deben cesar de inmediato”, enfatizó el coordinador humanitario de la ONU.
Según estimaciones de Naciones Unidas, más de 40.000 personas tuvieron que abandonar Mogadishu durante el pasado mes de febrero debido a la violencia.
Actualmente, el movimiento del personal local de la ONU está severamente restringido y el acceso a la ciudad es imposible.
Laroche declaró que la ayuda humanitaria, neutral e imparcial, sólo puede llevarse a cabo si no se impide el acceso de los trabajadores de la Organización.