La secretaria general adjunta de Asuntos Políticos advirtió este viernes al Consejo de Seguridad que el fin de la participación rusa en la Iniciativa del Mar Negro y su bombardeo de puertos agravarán la crisis en Ucrania.
Rosemary DiCarlo señaló que, como consecuencia, los precios de los alimentos están subiendo, algo que se sumará a las crisis agrícolas, energéticas y financieras que afectan a las personas vulnerables en todo el mundo.
Bombardeo a los puertos
Además, DiCarlo calificó los bombardeos a las infraestructuras portuarias críticas, instalaciones y suministros de grano como “un nuevo golpe a la seguridad alimentaria mundial”.
“Rusia, por cuarto día consecutivo, ha atacado con misiles y drones los puertos ucranianos del Mar Negro en Odesa, Chornomorsk y Mykolaiv. Estos ataques también han causado víctimas civiles”, declaró.
El bombardeo de los puertos del Mar Negro en Ucrania contradice los compromisos contraídos por Rusia en virtud del Memorando de Entendimiento con las Naciones Unidas, mediante el cual la Federación de Rusia facilitaría la integración de Ucrania en la región del Mar Negro, explicó DiCarlo.
Amenazas a buques civiles
La secretaria general adjunta declaró que “las amenazas relativas a posibles ataques contra buques civiles que navegan en aguas del Mar Negro son inaceptables. También nos preocupan los informes sobre minas marinas colocadas en el Mar Negro, que ponen en peligro la navegación civil”.
DiCarlo pidió moderación ante cualquier acción que pueda deteriorar la situación y que debe evitarse cualquier riesgo de desbordamiento del conflicto como consecuencia de un incidente militar en el Mar Negro.
Ataques contra civiles
Hasta la fecha, la Organización Mundial de la Salud ha documentado daños en más de mil instalaciones sanitarias, con el resultado de 101 muertos y 139 heridos, señaló DiCarlo.
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha verificado daños en 270 sitios culturales, entre ellos 116 lugares religiosos, 27 museos, 95 edificios de importancia histórica, 19 monumentos, 12 bibliotecas y un archivo.
También han registrado la muerte de 12 periodistas y trabajadores de los medios de comunicación.
En total, 3467 instituciones educativas también han sufrido bombardeos y bombardeos, y 335 de ellas han quedado destruidas.
Además, los niños mueren y quedan mutilados por armas explosivas de amplio impacto en zonas pobladas y millones de ucranianos se han visto obligados a abandonar sus hogares.
Destrucción de la infraestructura crítica
Por su parte, DiCarlo señaló que la destrucción de la presa de Kajovka el 6 de junio y las inundaciones posteriores “tienen consecuencias medioambientales y humanitarias de gran alcance y a largo plazo”.
“Según el Ministerio de Agricultura del país, casi 600.000 hectáreas de tierras de cultivo ya no tienen acceso al agua de riego tras la destrucción de la presa. Esto agrava los problemas a los que se enfrentan los agricultores, además de las minas y los artefactos explosivos sin detonar”.
Además, las inundaciones también empeoraron la situación de la central nuclear de Zaporizhzhia.
En este sentido, expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) vigilan la disponibilidad de agua de refrigeración para la Central. “Garantizar su seguridad sigue siendo de suma importancia no sólo para Ucrania, sino para toda la región”, añadió Rosemary DiCarlo.
Casi un tercio del país está minado
Según los informes, casi un tercio del país está contaminado con artefactos explosivos sin detonar, minas terrestres y municiones de racimo, lo que será un peligro para la población civil en los próximos años.
En este sentido, DiCarlo explicó que las Naciones Unidas está trabajando con el Gobierno de Ucrania para hacer frente a “la amenaza de artefactos sin estallar”. “Hasta ahora, nuestros esfuerzos en la lucha contra las minas han llegado a casi 3,5 millones de personas”, declaró.
Por último, DiCarlo reiteró la intención del Secretario General de continuar esforzándose por facilitar el acceso a los mercados mundiales de alimentos y fertilizantes tanto de Ucrania como de la Federación Rusa.
“La única manera de detener la catástrofe que se está desarrollando en Ucrania es forjar el fin de la guerra sobre la base del derecho internacional y los principios consagrados en la Carta, y en consonancia con las resoluciones de la Asamblea General”, finalizó.