Esta proteína desaparece a lo largo de los años y muchas personas buscan, por todos los medios, la forma de rejuvenecer su piel.
El colágeno es una de las proteínas que más abundan en nuestro organismo y que resulta sumamente esencial para la salud de la piel, cabello, uñas, articulaciones y también los huesos.
A media que cumplimos años este compuesto va desapareciendo de nuestro cuerpo, dando la bienvenida a flacidez, arrugas, descolgamiento y estructuras desdibujadas en nuestra piel.
Es por ello que en los últimos años los inductores de colágeno se han convertido en uno de los procedimientos más demandados en medicina estética, como pueden ser por ejemplo, las infiltraciones.
Colágeno. Fuente: Freepik
Inductores de colágeno: qué son y sus beneficios
Los inductores de colágeno son sustancias aplicadas mediante técnicas de relleno que pueden ayudar a restaurar de forma rápida y segura los niveles de creación natural de colágeno. Suelen emplearse en medicina estética desde hace ya más de dos décadas.
De acuerdo con la doctora Sofía Ruiz del Cueto, codirectora de la clínica Mira+Cueto (Madrid), los pinchazos son sólo uno de los tipos de inductores de colágeno. “Los definimos como todos aquellos procedimientos que estimulan la formación de colágeno: inyectables, aparatología e incluso cosmética, como los retinoides, teniendo en cuenta que no todos realizan esa estimulación en el mismo grado y calidad de colágeno”, explica.
Dentro de la medicina estética existen dos grandes grupos de inductores. Los inyectables y la aparatología. Entre los primeros están la hidroxiapatita cálcica y la policaprolactona. Ambos son de los más empleados por los profesionales tanto por su seguridad como por sus resultados para casos de mucha flacidez. Aquí también estarían el ácido poliláctico, uno de los primeros en usarse con fines estéticos y que proporciona grandes resultados en el cuerpo.
Inductores de colágeno. Fuente: Twitter @ElAragueno
En cuanto a los aparatos, estos incluyen técnicas como la radiofrecuencia, los ultrasonidos, el láser y la luz pulsada intensa (IPL). Lo que tienen en común es que producen una lesión del tejido totalmente controlada. “Según la penetración y la intensidad con que se apliquen producirán más o menos colágeno y de una manera más superficial, profunda o en diversos planos”, expresa la doctora.
Hay que decir que en ambos casos, las técnicas mencionadas logran combatir la flacidez. “Pero es importante tener en cuenta que este descolgamiento se produce por dos factores principales: por pérdida de estructuras de soporte, que se recupera con ácido hialurónico; y la laxitud de las estructuras por pérdida de colágeno, que es donde actúan los inductores de colágeno”, sentencia la doctora Ruiz del Cueto.
Inductores de colágeno. Fuente: Unsplash