Cada hora mueren once niños a causa del SIDA, por lo que encontrarlos y ofrecerles tratamiento es más importante que nunca, según el Programa de las Naciones Unidas contra el VIH-SIDA (ONUSIDA), que ha publicado un nuevo informe sobre cómo imanes, pastores y sacerdotes están llegando a los más necesitados. Aunque tres cuartos de los adultos que viven con VIH reciben tratamiento, sólo la mitad de los niños lo reciben.
Todavía hay 1,7 millones de niños seropositivos en mundo, y son especialmente vulnerables, afirmó Stuart Kean, autor del estudio conjunto de ONUSIDA y el Plan de Emergencia de Estados Unidos para el Alivio del SIDA, que resume las prácticas prometedoras de las comunidades religiosas africanas para acabar con el VIH infantil y en la adolescencia,
“Si nacen con el VIH, el 50% de ellos morirá antes de los dos años“, declaró a Noticias ONU. “Si no mueren, pero no se les encuentra y se les administra tratamiento, el 80% de ellos fallecerá antes de los cinco años, por lo que es mucho más urgente encontrar a estos niños ocultos”.
Prácticas prometedoras
El nuevo compendio documenta 41 prácticas prometedoras que aportan pruebas del papel fundamental que han desempeñado las comunidades religiosas. Esto incluye avances significativos en:
- la identificación de niños seropositivos sin diagnosticar
- la mejora en cuanto a la continuidad del tratamiento
- el apoyo a los adolescentes para que accedan servicios psicosociales, atención y tratamiento
- la creación de grupos de apoyo entre colegas y amigos para respaldar a los niños y adolescentes que viven con el VIH
“Este informe muestra el papel crucial de las organizaciones religiosas a la hora de ayudar a los niños que viven con el VIH a acceder a tratamientos vitales, de defender sus necesidades y de luchar contra el estigma”, declaró Jacek Tyszko, asesor principal de ONUSIDA. “También demuestra los enfoques que han sido más eficaces, de modo que puedan ampliarse. Es un informe que ayudará a salvar vidas”.
Influentes de Zambia
“Si quieres encontrar mujeres, ve a sus sitios de congregación religiosa”, dijo Gibstar Makangila, líder de Círculo de Esperanza, una organización no gubernamental basada en Zambia.
Desde que se puso en marcha un nuevo modelo de alcance comunitario en la capital de Zambia, Lusaka, en 2018, los líderes religiosos han ayudado a 60.000 personas en todo el país que no estaban recibiendo terapia antirretroviral, dijo.
Como comunidad religiosa somos el puente entre la comunidad y los servicios de salud”, declaró. Es el grupo más influyente de África subsahariana”.
Cuando las redes sociales difundieron información errónea y desinformación sobre la vacuna COVID-19, Círculo de Esperanza consultó a los líderes religiosos, los “verdaderos influentes”, apuntó. Después de convencer a sus fieles de las ventajas de la vacuna, las tasas de vacunación en Zambia se dispararon del 34% al 75%, en un plazo de seis meses.
Ahora estos imanes, pastores y sacerdotes desempeñan un papel clave para garantizar que nadie se quede atrás en la lucha mundial contra el VIH/SIDA, según ONUSIDA.
Abstinencia y preservativos
Contrario a los mitos religiosos antipreservativo o antihomosexuales, los líderes religiosos están impulsando la lucha contra el estigma y la discriminación de quienes viven con el VIH y abogan por la abstinencia o al menos por la prevención, recomendando el uso del preservativo, afirma Makangila.
También involucran fácilmente a los feligreses en proyectos para adolescentes y en centros de salud comunitarios, instalados a manera de discretas casetas en los mercados. En la actualidad, 130 centros de salud en todo el país ofrecen, con el apoyo del Ministerio de Salud y el PEPFAR, servicios gratuitos, desde preservativos hasta tratamiento in situ. Los programas específicos también llegan a los adolescentes.
“He visto miles de veces este resultado en personas que estarían muertas de no ser por el tratamiento“, dijo Makangila, y añadió que “lo mejor está aún por llegar”, con la planeación de centros de salud en Costa de Marfil, Kenia, Nigeria, Sudán del Sur y Zimbabue.
Canastas para bebés en Nigeria
Un nuevo bebé es una celebración, festejada en Nigeria comúnmente en los templos, donde las mujeres embarazadas reciben una canasta repleta de regalos, desde mantas hasta pañales.
Ahora, estas canastas de bienvenida incluyen información sobre las pruebas del VIH y servicios de apoyo de proveedores de salud locales, explicó Kean.
Sobre la base de un ensayo satisfactorio, la Fundación Católica Caritas aplicó este “enfoque congregacional” en el estado de Benue, demostrando la eficacia de las pruebas confidenciales in situ en lugares de congregación como las iglesias.
En toda Nigeria, este enfoque ya ha llegado a miles de personas. Desde abril de 2018 hasta marzo de 2019 solamente, se remitieron 22.197 niños menores de 15 años para hacerse la prueba del VIH, 21.142 de ellos se sometieron a la prueba y se identificaron 106 nuevos niños seropositivos, los cuales empezaron tratamiento.
Eswatini: Acción comunitaria
La organización religiosa Cuidados Básicos a Domicilio de Shiselweni, en Eswatini, puso en marcha una intervención en la que miembros de la comunidad visitan a personas que podrían tener VIH, las remiten a centros de pruebas y, si dan positivo, las ayudan a empezar a recibir terapia antirretroviral.
La última tendencia indica un drástico descenso del 71,4% en la mortalidad general de los clientes, que paso de aproximadamente uno de cada tres clientes en 2007 a uno de cada diez en 2011.
Líderes y organizaciones religiosas, como Círculo de Esperanza en Zambia, también se han inscrito como “Campeones Pediátricos de la Fe”, quienes abogan ante gobiernos y miembros de la comunidad para que todos los niños y adolescentes tengan acceso a la atención y el tratamiento del VIH.
Carrera para acabar con el SIDA
Sin embargo, la respuesta mundial para acabar con el SIDA en los niños sigue siendo insuficiente, dijeron Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA, y John Nkengasong, *Coordinador Global contra el SIDA y representante especial para la Diplomacia de la Salud Mundial*, en su último informe.
“El trabajo de las comunidades religiosas para afrontar el reto del VIH en los niños ha sido muy eficaz”, escribieron. En esa labor práctica, las comunidades y organizaciones religiosas han recordado al mundo una lección profunda: para acoger realmente a los más vulnerables y excluidos, el cuidado, la compasión y el amor son esenciales”.