El defensor de los océanos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Lewis Pugh, inicia este 13 de agosto el nado del río Hudson, en el noreste de Estados Unidos, para llamar la atención sobre la importancia decisiva de unos ecosistemas fluviales sanos para los océanos y el medio ambiente en general.
La travesía a nado de 507 kilómetros, le llevará desde el nacimiento del río en las montañas Adirondack hasta su desembocadura en el océano Atlántico en la ciudad de Nueva York, sede de las Naciones Unidas.
Pugh viajó al río Hudson este miércoles y espera completar la travesía poco antes del 20 de septiembre, fecha en que las naciones empezarán a ratificar el Tratado de Alta Mar, destinado a proteger la biodiversidad en aguas internacionales.
Los 193 Estados miembros de la Organización adoptaron en junio este acuerdo histórico jurídicamente vinculante, tras casi dos décadas de encarnizadas negociaciones.
Ríos limpios, planeta sano
“Si queremos océanos sanos también necesitamos ríos sanos, así de sencillo”, declaró Pugh recientemente. “Los ríos limpios son esenciales en la lucha por la sostenibilidad global. De hecho, nuestra propia existencia depende del agua dulce, del aire limpio y de un planeta habitable”.
Consumado nadador de resistencia, Pugh ha desafiado algunos de los entornos más difíciles de la Tierra, como la Antártida, el Polo Norte, el Mar Rojo y el Himalaya.
El británico fue también la primera persona en completar una travesía a nado de larga distancia en todos los océanos del mundo. La travesía del río Hudson durará cuatro semanas, lo que la convierte en la más larga.
“Elegí específicamente el Hudson para esta travesía por los progresos medioambientales que se han hecho en esta emblemática vía fluvial en los últimos años”, declaró. “Aún queda mucho trabajo por hacer, pero se han conseguido mejoras tangibles que sirven de ejemplo para la restauración de ríos de todo el mundo“.
Rocas, rápidos y cascadas
Pugh hará la travesía a nado sin asistencia, lo que significa que sólo llevará un bañador, gorro y gafas. Esto contrasta con las condiciones del nado asistido, donde los deportistas utilizan equipos como traje de neopreno, tubo, guantes, aletas y remos de mano.
Su travesía de 507 kilómetros comenzará con pequeños pasos en el nacimiento del río Hudson, el lago Tear of the Clouds, situado en lo alto de las montañas Adirondack. Por el camino se encontrará con cambios topológicos dramáticos, poderosas corrientes fluviales y escorrentías de aguas residuales potencialmente tóxicas durante las fuertes lluvias.
“El Hudson es realmente majestuoso, pero, como la mayoría de los ríos, empieza con un riachuelo en un terreno bastante accidentado, por lo que esta travesía tendrá que dar comienzo a pie para sortear rocas y una vegetación muy densa”, explica.
“Ese terreno evoluciona rápidamente hacia rápidos de aguas bravas y cascadas que exigen respeto, por lo que mi equipo de expedición y yo estamos estudiando minuciosamente cada recodo del río”.
Fuerza, resistencia, perseverancia
Pugh dijo que caminará y correrá alrededor de los rápidos que no se puedan nadar, y el plan es nadar una media de 16 km por día, dependiendo de las condiciones.
Inger Andersen, directoria ejecutiva de la agencia, recalcó que el Pugh empezará a nadar con el logotipo del PNUMA. Expresando su orgullo, le deseó “fuerza, resistencia y perseverancia” para las próximas semanas.
El nadador, de 53 años, trabajó como abogado marítimo en Londres antes de dedicarse a tiempo completo a la defensa de los océanos. En 2013 fue nombrado primer defensor de los Océanos de la agencia de la ONU.
“Los desechos, las aguas residuales, los residuos químicos y plásticos no solo contaminan los ríos y perjudican a las especies que viven en ellos. Estos contaminantes se trasladan al mar, donde causan más daño”, declaró recientemente Andersen.
“Al igual que debemos mantener nuestras propias arterias desatascadas por nuestra salud, debemos mantener desatascadas las arterias del planeta por su salud“.