La Asamblea General de la ONU celebra este martes una reunión plenaria de alto nivel con motivo del Día Internacional contra los Ensayos Nucleares, una jornada establecida en 2009 para promover la eliminación de esas pruebas, que dejan tragedias humanas y medioambientales.
En su mensaje para la efeméride, el Secretario General António Guterres aludió a los más de 2000 ensayos nucleares que se han llevado a cabo desde 1945 -año en que Estados Unidos devastó las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki con las únicas dos bombas atómicas que se han lanzado en la historia-, y que siguen causando daños biológicos, ecológicos y culturales en los sobrevivientes y las comunidades afectadas.
Guterres afirmó que este año, el mundo enfrenta un aumento alarmante de la desconfianza y la división a escala global.
“En este momento hay casi 13.000 armas nucleares almacenadas y los países trabajan para mejorar su precisión, alcance y poder destructivo, una situación que puede conducirnos a la aniquilación”, advirtió.
Y para evitar llegar a ese punto sin retorno, es necesario impedir de forma tajante la continuación de esas pruebas.
“En el Día Internacional contra los Ensayos Nucleares, el mundo habla con una sola voz para poner fin a este legado destructivo. Una prohibición jurídicamente vinculante de los ensayos nucleares es un paso fundamental en nuestra búsqueda de un mundo libre de armas nucleares”, sostuvo.
El Secretario General aseguró que, aunque todavía no haya cobrado vigencia, el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares “sigue siendo un poderoso testimonio de la voluntad de la humanidad de alejar de nuestro mundo, de una vez por todas, la sombra de la aniquilación nuclear”, y urgió a todos los países a ratificarlo sin condiciones.
Llamado a la juventud
Como parte de los eventos del Día, antes de la sesión de la Asamblea General, la Oficina para Asuntos de Desarme realizó una caminata simbólica en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York para alentar a los jóvenes de todo el mundo a participar en la campaña #StepUp4Disarmament, que desde hace dos años trabaja para concienciar a las comunidades sobre el riesgo de los ensayos nucleares.
En la plenaria del máximo órgano de debate, la alta representante para Asuntos de Desarme, llamó a rememorar los testimonios de las víctimas y la evidencia documentada que muestra el sufrimiento enorme y las consecuencias irreversibles de las pruebas atómicas.
Izumi Nakamitsu alertó de la creciente ola de riesgos nucleares, que amenaza los logros en materia de desarme nuclear y no proliferación de los últimos 30 años.
La alta representante instó a los Estados a mantener una posición inquebrantable contra los ensayos nucleares.
“Deberíamos aprovechar este día para recordar que el 29 de agosto rinde homenaje al cierre del sitio de pruebas nucleares de Semipalatinsk en Kazajstán, donde, 32 años después de la conclusión de la Guerra Fría, el legado dañino de las pruebas nucleares sigue estando siempre presente”, apuntó.
Consideró que la norma contra esas pruebas es fuerte, indicando que sólo un Estado se ha atrevido a transgredirla en este siglo.
“El Tratado de Prohibición sigue siendo un testimonio monumental de nuestra determinación unida, cuyo objetivo es consignar los ensayos nucleares a la historia y proteger tanto a la humanidad como al medio ambiente de sus efectos destructivos. El Sistema Internacional de Vigilancia ha demostrado su valía”, dijo.
Ocho países impiden la entrada en vigor del Tratado
Hasta el momento, dicho instrumento internacional cuenta con 186 signatarios y 178 ratificaciones; sin embargo, para entrar en vigor el Tratado requiere que ocho países lo ratifiquen: Estados Unidos, China, Irán, Israel, Egipto, India, Pakistán y Corea del Norte. Los últimos tres Estados ni siquiera han firmado el documento.
Pese a no haber entrado en vigor, Nakamitsu aseveró que el Tratado ha sentado las bases contra los ensayos nucleares.
Además, destacó la importancia de las moratorias unilaterales contra esas pruebas establecidas por países países poseedores de armas nucleares. “Pero no son un sustituto de una prohibición jurídicamente vinculante contra todos los ensayos nucleares”, matizó.
En este sentido, subrayó la urgencia de actuar contra las tendencias globales que socavan los mecanismos de vigilancia.
“Quiero ser muy clara: la única manera de evitar que se reviertan los logros alcanzados en la búsqueda del fin de las pruebas atómicas es la entrada en vigor y sin demora del Tratado de prohibición completa de los ensayos nucleares”, enfatizó.
El gasto militar sigue creciendo
En el mismo tenor, el presidente de la Asamblea General, Csaba Korösi, señaló que el aumento de la desconfianza, la competencia geopolítica y un número creciente de conflictos armados no han hecho sino aumentar los peligros para el mundo.
Korösi indicó que si bien la guerra en Ucrania ha suscitado temores de ataques nucleares, el gasto militar mundial llegó a un récord de 2,2 billones de dólares en 2022.
“Vemos muchas señales de que los arsenales y las capacidades nucleares están aumentando, contraviniendo el Tratado de No Proliferación”, acotó.
Tras conminar a los países a no permitir que el peligro crezca, argumentó que el instrumento contra los ensayos nucleares es una parte fundamental de la estructura internacional de desarme y lamentó su fracaso para entrar en vigor a 27 años de su adopción.
“Es un claro recordatorio de que tenemos asuntos pendientes”, reflexionó y pidió a los ocho países de los que depende que el Tratado cobre vigencia a actuar con celeridad en favor del desarme y la paz.
“Necesitamos las políticas y salvaguardas adecuadas para protegernos contra errores y malas decisiones. Debemos recordar que el uso de cualquier arma nuclear para cualquier propósito se saldrá inmediatamente de control, la llamada ´guerra nuclear limitada´ no existe”, insistió Korösi.