En la actualidad hay 110 millones de personas que se han visto obligadas a abandonar sus comunidades, huyendo de la guerra, la violencia, la persecución y otros flagelos que amenazan su seguridad y supervivencia. En 2022, el número de refugiados aumentó en un récord del 35%, llegando a 34,6 millones.
Si bien se trata de la mayor cifra jamás registrada, el acceso al asilo se ha restringido en muchos lugares y las posibilidades de reasentamiento y soluciones de largo plazo son cada vez menos.
Frente a este escenario, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) lanzó este miércoles la campaña global “Esperanza lejos del hogar”, que pide renovar la solidaridad y llama a los Estados a asumir compromisos sólidos para defender los derechos de las personas que han dejado todo atrás en busca de seguridad.
Hostilidad y xenofobia
ACNUR lamentó el sentimiento populista contra los refugiados, así como la hostilidad, discriminación y xenofobia crecientes y las endurecidas políticas de admisión que amenazan el derecho a procurar seguridad inherente a todas las personas. Además, en numerosos lugares se ha politizado la situación de los refugiados, generando actitudes que tienen consecuencias negativas en esas personas y en las que solicitan asilo.
Dada la insuficiencia de rutas legales y seguras para conseguir el asilo, muchas personas deben emprender viajes por vías muy peligrosas y medios irregulares que las exponen a toda clase de abusos y a menudo les cuestan la vida.
Precisan compasión, no discriminación
La directora de la División de Protección Internacional de ACNUR dijo que las personas que huyen de la guerra, la violencia y la persecución deben ser recibidas con compasión y amabilidad, no con barreras, restricciones y discriminación.
“Necesitan seguridad y protección, y es responsabilidad de la comunidad internacional unirse para encontrar soluciones duraderas que les permitan vivir con seguridad y dignidad”, enfatizó Elizabeth Tan.
Muchos países y comunidades acogen y protegen a los refugiados, permitiéndoles reiniciar sus vidas y hacer contribuciones importantes a sus nuevas sociedades; sin embargo, esos países requieren de apoyo internacional para continuar esta política solidaria. Según los datos de la ONU el 75% de los refugiados vive en países de renta baja o media.
La Agencia exhortó a todos los Estados a mostrar su solidaridad con los países de acogida y a seguir su ejemplo abriendo sus puertas a los refugiados.
Acciones concretas
La iniciativa “Esperanza lejos del hogar” insta a aumentar la solidaridad y a traducirla en acciones y soluciones concretas por medio de una mayor cooperación internacional, reformas legales y cambios de políticas.
La campaña llevará a ACNUR a trabajar durante los próximos tres años junto a socios y otras partes interesadas en la promoción de cambios legislativos y políticos en cinco áreas clave:
- garantizar el acceso a territorio seguro y proteger a las personas de la violencia o la muerte a lo largo de su ruta
- garantizar las condiciones y trato adecuados para los refugiados, en línea con los derechos humanos y los principios de dignidad e inclusión
- cumplir la Convención sobre Refugiados, es decir, eliminación de las reservas y establecimiento de procedimientos de asilo justos y eficientes
- Aumentar el acceso a soluciones duraderas, incluido el reasentamiento
- Mostrar solidaridad y brindar respaldo a los países y comunidades que acogen a grandes poblaciones de refugiados
Una campaña en la que todos pueden participar
La directora de Relaciones Externas de ACNUR, Dominique Hyde, encomió la solidaridad mostrada por muchos Estados que acogen a las personas que han debido huir de sus países pese a sus propios retos internos.
“Pero es necesario hacer más para apoyar a las comunidades que los reciben. Esta campaña brinda la oportunidad de solidarizarse más con millones de personas desplazadas y sus comunidades de acogida, trabajando juntos para encontrar soluciones”, afirmó Hyde.
La campaña invita a toda la gente a involucrarse con la causa de los refugiados sumando su firma a una petición global a las organizaciones y los líderes mundiales a que se comprometan a reconocer el derecho de las personas a buscar seguridad y a mostrar más solidaridad con ellas.