Las agencias de la ONU aceleran los trabajos para responder a la crisis humanitaria desencadenada con la llegada a Armenia de más de 100.000 refugiados de Nagorno-Karabakh, casi la mitad de la población de ese territorio en Azerbaiyán.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó de las graves necesidades sanitarias de esa población, exacerbadas por la explosión de un depósito de combustible localizado a lo largo de la ruta que siguen los refugiados que huyen hacia Armenia, que causó la muerte de al menos 170 personas e hirió 200 más, muchas de ellas de gravedad.
El director regional para Europa de la OMS, Hans Henri Kluge, explicó que el organismo ha movilizado suministros sanitarios y experiencia internacional para ayudar al sistema de salud armenio, que se enfrenta a una afluencia repentina y masiva de refugiados, muchos de ellos con necesidades médicas específicas.
Desde que comenzó el éxodo, la agencia ha trabajado con el Ministerio de Salud armenio en la evaluación y desarrollo de un plan de emergencia sanitaria.
“La OMS había colocado previamente suministros para traumatología en Armenia y está enviando kits para quemaduras con el fin de brindar atención avanzada de los pacientes con heridas graves. También está enviando medicamentos para enfermedades no transmisibles, que cubrirán tres meses de tratamiento hasta para 50.000 personas y desplegaremos expertos en una variedad de disciplinas que incluyen la salud mental, tratamiento de quemaduras, servicios sanitarios esenciales y coordinación de emergencias”, detalló Kluge.
Apoyo para inmunización, salud mental e integración de personal sanitario
Sobre la base las conversaciones con el Ministerio de Salud y una misión de campo al punto de registro de refugiados, la OMS ayudará, asimismo, a evaluar y atender las necesidades de inmunización; desplegar un equipo de salud mental y psicosocial; instalar clínicas prefabricadas en zonas remotas; y apoyar al gobierno en la integración de los trabajadores de salud que llegan en la caravana y que, por el momento, suman casi 300 médicos y 1200 enfermeras.
Robb Butler, enviado especial del director regional de la OMS, visitó Goris, la primera ciudad cerca del punto fronterizo, donde constató que la velocidad con la que se está desarrollando esta crisis “requiere la colaboración de todos (la OMS, los socios de la ONU y las organizaciones de la sociedad civil) para complementar y apoyar los esfuerzos del gobierno”.
El enviado destacó el sufrimiento de los recién llegados y recordó que si bien los trabajadores sanitarios se afanan arduamente para tratar y rehabilitar a las personas quemadas, Armenia es un país pequeño, con capacidad limitada “y las necesidades son inmensas”.
Comidas calientes
El Programa Mundial de Alimentos (PMA), por su parte, intensifica sus trabajos para ayudar a aliviar las terribles condiciones en las que se encuentran los recién llegados, entre los que hay muchas personas mayores y niños.
“Quienes llegan a la frontera suelen estar exhaustos y necesitan ayuda de emergencia inmediata, incluidas comidas calientes y otro tipo de asistencia alimentaria”, apuntó el organismo.
El PMA ha construido instalaciones en Goris para servir alimentos calientes. El jueves distribuyó más de 2000 raciones a las personas que cruzaron la frontera y ampliará su programa para servir 21.000 comidas en las próximas dos semanas.
Asimismo, la agencia reparte paquetes de alimentos ricos en proteínas, cereales y aceite de cocina para 30.000 personas.
El Programa informó que podría proporcionar tarjetas de alimentos para ayudar a más de 6000 personas y, en colaboración con socios y donantes, ampliar aún más la ayuda según las necesidades.
“Estamos profundamente preocupados por el impacto en las vidas y los medios de subsistencia de los civiles. A medida que evoluciona la situación, es importante que las personas afectadas reciban apoyo humanitario oportuno y continuo”, dijo Nanna Skau, representante del PMA en Armenia.