El nuevo estallido de violencia entre palestinos e israelíes se recrudece con bombardeos intensos a la Franja de Gaza y bloqueo total de ese territorio anunciado por Israel la mañana de este lunes, que incluye la prohibición de llevar alimentos y combustible al enclave, donde se han desplazado ya más de 120.000 personas.
De acuerdo con la Oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios (OCHA), cuyo personal opera en el terreno-, el número de muertos es difícil de precisar pero hasta el momento superaría los 420 palestinos y cerca de 700 israelíes, en tanto que los heridos cifrarían más de 2000 en ambas partes.
La Agencia para los Refugiados Palestinos (UNRWA), también en el terreno, reportó que una de sus escuelas en Gaza en la que se alojan 225 familias desplazadas fue impactada por una bomba y sufrió grandes daños, aunque no hubo víctimas mortales.
El personal de UNRWA asiste a la población desarraigada con suministros básicos como comida, agua y kits de higiene.
La Agencia, al igual que el resto del sistema de la ONU, subrayó que los civiles deben ser protegidos en todo momento y sumó su voz a los llamados a un alto el fuego inmediato.
La nueva escalada de violencia en un conflicto que data de 1948 comenzó el sábado. Los representantes de la ONU en la región se reunieron el domingo con actores clave para buscar el rápido cese de la violencia y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sostuvo un encuentro a puerta cerrada en Nueva York para discutir la crisis.
Por otra parte, las fuerzas de mantenimiento de la paz FINUL detectaron hoy explosiones cerca de Al-Boustan, en el suroeste de Líbano, luego de haber informado ayer del lanzamiento de varios cohetes desde territorio libanés hacia la zona el país ocupada por Israel. Las fuerzas israelíes respondieron con fuego de artillería.
Los rescatistas buscan sobrevivientes atrapados entre los escombros luego del terremoto en Herat, Afganistán.
Los organismos humanitarios amplían su respuesta a los damnificados por el terremoto en Afganistán
Los organismos humanitarios de la ONU intensifican los trabajos de emergencia tras el devastador terremoto de 6,3 de magnitud ocurrido el sábado en la provincia de Herat, en el oeste de Afganistán, que ha dejado 1023 muertos, según cifras preliminares, además de unos 1700 heridos y más de 500 desaparecidos.
Los esfuerzos de búsqueda y rescate continúan y se desplegaron equipos rápidos de evaluación multisectorial en las zonas afectadas, que indicaron que el 100% de las viviendas fueron destruidas.
El personal de OCHA calculó en cerca de 11.600 las personas siniestradas en el distrito de Zindajan, el más afectado de la provincia.
Como parte de la asistencia a esta población, los trabajadores humanitarios brindan servicios médicos y protección, así como refugio de emergencia, alimentos, agua, artículos de higiene, insumos de cocina y ropa de invierno.
Refugiados sudaneses esperan para obtener ayuda en un pueblo fronterizo de Chad.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados reveló este lunes que las personas desplazadas y refugiadas alcanzan ya los 110 millones en el mundo, la mayor cantidad registrada en décadas.
En un discurso al Comité Ejecutivo de la Agencia para los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi afirmó que éste es uno de los momentos más difíciles en los 70 años de existencia de ese organismo, dado el creciente desarraigo de población y el gran déficit de financiamiento con el que opera para ayudarla.
Grandi explicó que los conflictos han sido hasta ahora los principales causantes del desplazamiento forzado a niveles sin precedentes.
Añadió que a medida que crecen los conflictos, crece la falta de respeto al derecho internacional humanitario y los civiles son los más afectados porque se ven obligados a huir para salvar la vida, dejándolo todo atrás para emprender arduos viajes hacia destinos inciertos donde, a menudo, continuará su sufrimiento.
El Alto Comisionado refirió una lista de los conflictos que han provocado gran parte de los desplazamientos en los últimos años, como Sudán, Ucrania, Etiopía, Siria y Myanmar, y advirtió sobre la actual escalada entre palestinos e israelíes, que infligirá mayor congoja y podría dar lugar a una grave inestabilidad en esa región de por sí plagada de tensiones.
“ACNUR no tiene el mandato de abordar las consecuencias humanitarias inmediatas y trágicas del conflicto palestino-israelí, pero está presente y activo en la región. Y está presente y activo allí donde la guerra obliga a la gente a huir”, recalcó, llamando a comunidad internacional a apoyar ese trabajo, otorgándole los fondos necesarios para llevarlo a cabo.
La mala salud mental causa sufrimiento a los niños y los jóvenes.
Con el objetivo de ayudar a los países a reformar sus leyes para acabar con los abusos y prácticas coercitivas en el campo de la salud mental, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Oficina de Derechos Humanos presentaron una guía que también aboga por un mayor acceso a la atención de los padecimientos mentales.
Los organismos señalaron que las hospitalizaciones, detenciones involuntarias, tratamientos forzosos, reclusiones, aislamientos, inmovilizaciones forzosas, condiciones de vida insalubres y abusos físicos, psicológicos y emocionales caracterizan muchos servicios de salud mental en todo el mundo.
Argumentaron que esto ocurre todavía muy comúnmente porque esas prácticas son respaldadas por la legislación y las políticas vigentes.
La guía expone qué hacer para incorporar a la atención de salud mental un enfoque comunitario basado en los derechos, lo que implica adoptar leyes que sustituyan las instituciones psiquiátricas por sistemas de apoyo integradores y servicios generales, como ayudas a los ingresos, asistencia para la vivienda y redes de apoyo entre iguales.
