Las negociaciones políticas para hacer llegar la ayuda a Gaza han dado resultados, pero se necesita mucho más, incluido un alto al fuego humanitario que garantice el suministro seguro de alimentos, combustible y otros artículos de primera necesidad, declararon el viernes altos funcionarios de la ONU en una sesión informativa a los Estados miembros en Nueva York.
La reunión comenzó con un minuto de silencio por todas las personas que han perdido la vida desde el inicio del conflicto el 7 de octubre, y por los 240 hombres, mujeres y niños israelíes que siguen siendo rehenes de Hamás.
“Lo que hemos visto en los últimos 26 días en Israel y en los Territorios Ocupados es nada menos que lo que yo llamaría una lacra en nuestra conciencia colectiva“, dijo el coordinador de Asuntos Humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, recién llegado de la región. “Todos nosotros estamos implicados de alguna manera en esto”.
Muertes y desplazamientos
Griffiths recordó que han muerto 1400 israelíes y casi 9000 palestinos, aunque la cifra real sólo se conocerá cuando se retiren los escombros en Gaza. La desolación que se vive allí le recordó los primeros días de la guerra siria, “donde vimos ciudades como Homs arrasadas”.
Más de 1,5 millones de personas están ahora desplazadas y casi 600.000 se hacinan en refugios gestionados por la agencia de la ONU que asiste a los refugiados palestinos, UNRWA, y que ha perdido 72 miembros de su plantilla. En su opinión, se trata de la mayor pérdida de personal de la ONU en un conflicto.
Camiones insuficientes
Dijo a los embajadores que las “intensas negociaciones humanitarias día y noche” entre Israel, Egipto, los Estados Unidos y las Naciones Unidas han dado resultados.
Hasta la fecha, 329 camiones con ayuda han entrado en Gaza a través del paso fronterizo de Rafah con Egipto, que se abrió el 21 de octubre y de los cuales 100 de ellos lo hicieron sólo el jueves. Sin embargo, afirmó que antes del conflicto se necesitaba un promedio de 500 camiones cargados.
“Estas negociaciones, por detalladas e importantes que sean, no son suficientes. No estamos haciendo un trabajo proporcional al ritmo que ha tenido la desolación, esa es la historia de Gaza estos días”, afirmó.
Pausas humanitarias
Griffiths reiteró la obligación de respetar el derecho humanitario, liberar incondicionalmente a todos los rehenes y proteger a los civiles y las infraestructuras civiles, lo que incluye también a los trabajadores humanitarios y las instalaciones donde trabajan.
“Los civiles siguen teniendo derecho a la protección tanto si se quedan como si se desplazan, y tienen derecho a elegir. Y quien no evacue no debe ser considerado automáticamente partidario del adversario u objetivo de un ataque”, insistió.
Añadió que también debe permitirse la entrada de suministros esenciales en Gaza, como ayuda humanitaria y combustible. En este sentido, Griffiths informó de que había recibido noticias de que se suministrará más combustible al enclave.
“Estas negociaciones deben continuar, pero no son suficientes. Debemos tener esas pausas”, dijo, refiriéndose a la petición de un alto al fuego humanitario. “Si no tenemos pausas, no estaremos a la altura de las necesidades de la población de Gaza y de los israelíes también atrapados en esas zonas de conflicto”.
Enfrentarse a los ataques aéreos para conseguir pan
Mientras tanto, el coordinador humanitario de la ONU en la región advirtió de que la situación sólo empeorará si continúan las hostilidades.
Lynn Hastings, coordinadora especial adjunta para el Proceso de Paz en Oriente Medio, dijo que cuatro refugios de la UNRWA que acogían a cerca de 20.000 desplazados fueron alcanzados el jueves. Al menos 23 personas murieron y decenas resultaron heridas.
También habló de la desesperación en Gaza, donde los generadores de reserva esenciales para los hospitales, las plantas desalinizadoras de agua y las instalaciones de producción de alimentos “se están parando uno a uno“.
El sistema sanitario también está desbordado en medio de una grave escasez de suministros, agua, electricidad y personal. Hasta la fecha, 14 de los 35 hospitales y 51 de las 72 clínicas de atención primaria han cerrado. Sólo una de las tres líneas de suministro de agua procedentes de Israel está operativa.
“El acceso a los alimentos es cada vez más preocupante. La gente está desafiando los ataques aéreos para hacer cola en las panaderías y conseguir pan, varias de las cuales ya han cerrado por falta de combustible”, dijo.
Aliviar el sufrimiento
Aunque acogió con satisfacción el acuerdo para la entrega de ayuda a través del paso fronterizo de Rafah, Hastings subrayó la necesidad de acelerar el ritmo, señalando que las últimas entregas no incluían combustible. Además, se necesitarán cruces adicionales.
También subrayó el llamamiento a un alto al fuego humanitario, afirmando que “aliviará el épico sufrimiento humano y hará más seguro y fácil el acceso humanitario”.
La próxima semana, las organizaciones humanitarias emitirán un llamamiento urgente actualizado para el Territorio Palestino Ocupado. Calculan que se necesitarán 1200 millones de dólares para cubrir las necesidades de toda la población de Gaza y de 500.000 personas en Cisjordania hasta finales de año.
Sin seguridad
Todo el mundo en Gaza tiene una historia de pérdida, dijo Thomas White, director de Asuntos de UNRWA, hablando desde su base logística en Rafah.
Aunque la gente se refugia bajo la bandera de la ONU, “la realidad es que ni siquiera podemos proporcionarles seguridad bajo una bandera de la ONU”, afirmó.
“Más de 50 de nuestras instalaciones han sufrido el impacto del conflicto, incluidos cinco impactos directos. Creo que en el último recuento 38 personas han muerto en nuestros refugios. Me temo que con los combates que están teniendo lugar en el norte en estos momentos, esa cifra va a aumentar significativamente”.
Desafíos operativos
El mayor reto de UNRWA es mantener las operaciones de ayuda “en una situación en la que el orden civil, la ley y el orden, están al borde del colapso, y… tratando de planificar otra oleada de desplazamientos hacia el sur”.
La agencia de la ONU ya era un salvavidas para los más de dos millones de habitantes de Gaza, tras 16 años de bloqueo. Antes del conflicto, alimentaba a 1,5 millones, junto con el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Las operaciones actuales se sostienen con las reservas que ya había. UNRWA está apoyando a 89 panaderías en toda Gaza, lo que significa que todo el pan se hace esencialmente con harina de la agencia.
Escuelas ahora refugios
UNRWA también está apoyando la desalinización de agua, incluidos sus campamentos y escuelas, a través de suministros de combustible asegurados dentro de Gaza. White informó de que el agua es la principal necesidad entre las personas apiñadas en los refugios. En total, cerca de 600.000 gazatíes viven en 149 refugios de la UNRWA, aunque la agencia ha perdido el contacto con muchos de los situados en el norte.
Explicó que los refugios son esencialmente escuelas de la UNRWA que normalmente atendían a 1000 estudiantes pero que ahora albergan a un promedio de 4000 desplazados. Las mujeres y los niños duermen en las aulas, mientras que los hombres lo hacen a la intemperie.
Una situación similar se da en el Hospital Al-Shifa, el más grande de Gaza, donde se estaban utilizando “todas las superficies planas” para personas heridas o que habían buscado refugio allí.
Vida y muerte
White también compartió otra “imagen que nunca olvidará” del hospital. Mientras estaba en el patio, podía oír y ver los ataques aéreos en los suburbios cercanos.
“Y, literalmente, a los 10 minutos empezaron a llegar las ambulancias. Básicamente, había… heridos muy graves, tendidos en el suelo de las ambulancias. El triaje en la parte trasera de la ambulancia determinaba quién estaba muerto y quién estaba vivo”, dijo.
“Los que estaban vivos, con terribles heridas por explosiones o quemaduras, eran trasladados a un servicio de urgencias ya desbordado. Y a los que estaban muertos los llevaban literalmente a unos 25 metros de distancia, a una morgue al aire libre“.
Alto al fuego y servicios públicos
Haciéndose eco de Hastings, subrayó que la ayuda humanitaria no es la única solución, ya que el sector público y privado de Gaza también debería poder funcionar.
White dio un ejemplo de la importancia crítica de los servicios municipales, que ahora están bombeando aguas residuales sin tratar al mar. Los trabajadores advierten que cuando se acabe el combustible, las aguas residuales fluirán por las calles.
“Necesitamos suministros humanitarios de manera regular y sostenida, y acceso junto al sector público y privado”, afirmó. “Y por último, y esto es un llamamiento de la gente de aquí, necesitan un alto al fuego. Quieren un alto al fuego ya”.