La Oficina de Derechos Humanos de la ONU alertó este viernes de los informes de otro ataque masivo por motivos étnicos en la región de Darfur, Sudán, país donde se vive un conflicto entre el ejército nacional y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RFS).
Los reportes indican que las Fuerzas de Apoyo Rápido y sus milicias árabes aliadas asesinaron a cientos de civiles de etnia masalit a principios de este mes en la ciudad de Ardamata, en Darfur occidental.
Las RFS tienen surgieron de las milicias Janjaweed, recordadas por haber luchado del lado del Gobierno contra una coalición rebelde en la guerra de Darfur hace dos décadas. Algunos de sus líderes enfrentan cargos pendientes por crímenes de guerra y de lesa humanidad.
Seis días de terror
En conferencia de prensa en Ginebra, el portavoz de la Oficina de Derechos Humanos, Jeremy Laurence, explicó que la información preliminar que se ha recibido de supervivientes y testigos “sugiere que los civiles masalit soportaron seis días de terror a manos de las Fuerzas de Apoyo Rápido y sus aliados después de que éstas tomaran el control de la base del ejército sudanés en Ardamata el 4 de noviembre”.
Laurence señaló que la base militar está situada en las afueras de la capital de Darfur Occidental, El Geneina. Algunas de las víctimas fueron ejecutadas sumariamente o quemadas vivas.
Muchos de los muertos eran jóvenes masalit y familiares de soldados sudaneses que permanecían en Ardamata después de que las tropas huyeran de la ciudad.
Violencia sexual
El portavoz también dio cuenta de denuncias que afirman que mujeres y niñas fueron víctimas de violencia sexual en el campamento de desplazados de Ardamata y en algunas viviendas. Miles de personas han sido desplazadas y algunas han huido a través de la frontera con Chad.
Según los informes, las RSF y sus aliados saquearon propiedades en Ardamata y Dorti, otro campamento de desplazados, así como el barrio de Al-Kabri, todos ellos habitados principalmente por la comunidad masalit.
Cuerpos abandonados
La población desplazada fue torturada y muchas personas fueron ejecutadas y sus cuerpos quedaron abandonados en las calles.
Laurence detalló que 66 hombres masalit fueron ejecutados sumariamente en tres incidentes distintos sólo el 5 de noviembre. En el distrito de Al-Kabri, los hombres fueron separados de las mujeres y asesinados. Cientos de hombres más fueron arrestados y trasladados a varios campos de detención gestionados por RSF. Hasta el momento se ignora su suerte y paradero.
El de Ardamata fue el segundo ataque masivo de las RFS contra civiles masalit en unos pocos meses.
Entre mayo y junio, cientos de hombres, mujeres y niños masalit (incluido el gobernador de Darfur Occidental) fueron asesinados. Muchos fueron enterrados en fosas comunes y algunos cadáveres quedaron en las calles.
Crímenes según el derecho internacional
“Tales ataques pueden constituir crímenes según el derecho internacional”, advirtió el portavoz.
Las milicias masalit, por su parte habrían atacado a civiles árabes como venganza, según algunas acusaciones.
La Oficina de Derechos Humanos subrayó que todas las violaciones deben cesar de inmediato y los responsables deben ser llevados ante la justicia.
Asimismo, reiteró el llamamiento que hizo en junio el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Volker Türk, para que los dirigentes de Fuerzas de Apoyo Rápido detuvieran y condenaran inequívocamente los asesinatos, actos de violencia y discursos de odio en función del origen étnico de las personas o comunidades.
Laurence se refirió con alarma a las previsiones de un ataque de las RSF a El Fasher, la capital de Darfur del Norte, y recordó a todas las partes en conflicto que respeten el derecho internacional humanitario y garanticen la protección de los civiles y la infraestructura civil.