Dos niñas menores de diez años murieron junto con dos adultos cuando un grupo armado llevó a cabo un asalto mortal el lunes en las afueras de Puerto Príncipe, en el barrio de Croix-des-Bouquets. Además, cuatro miembros de la misma familia fueron secuestrados.
Las condiciones para los niños haitianos son cada vez más peligrosas. La semana pasada tuvo lugar un ataque similar.
Entre julio y septiembre se produjeron 88 delitos graves contra niños, 37 de ellos resultando en muertes o lesiones.
Bruno Maes, responsable de UNICEF en Haití, dijo que el Fondo de la ONU para la Infancia “está profundamente conmocionado e indignado” por los últimos ataques, que han dejado tras de sí “un rastro de dolor y desesperación inimaginables.”
“Hacemos llegar nuestro más sentido pésame a las víctimas, las familias y las comunidades afectadas por estos bárbaros ataques”, añadió Maes.
UNICEF ha alertado de la escalada de violencia sin precedentes en Haití y de su impacto mortal en los niños. En las zonas controladas por las bandas, los lugares en los que los niños pueden obtener protección y apoyo -como las escuelas, los centros de salud y los servicios de protección- son objeto de ataques cada vez más frecuentes, lo que provoca la muerte de niños, señaló Maes.
“Los delitos graves, incluidos los homicidios dolosos y los secuestros, están aumentando a un ritmo sin precedentes, sobre todo en el área metropolitana de Puerto Príncipe y en el departamento de Artibonite”, afirmó. La Policía Nacional registró la asombrosa cifra de 1239 homicidios entre julio y septiembre, frente a los 577 del mismo periodo del año anterior. Los secuestros se han disparado hasta las 701 víctimas, un escandaloso aumento del 244%.
Los repetidos ataques y las restricciones de acceso a los trabajadores humanitarios están obstaculizando la capacidad de UNICEF para llegar a los más necesitados, afirmó Maes.
“UNICEF y otros organismos han pedido repetidamente la protección de los civiles, en particular de los niños y las mujeres, y el respeto del derecho internacional humanitario. Matar niños es una grave violación de los derechos humanos“, añadió. “UNICEF insta encarecidamente a todas las partes a que pongan fin a los ataques contra los niños y sus familias y los mantengan fuera de peligro”.
El país espera una misión de apoyo
Las bandas controlan el 80% de la capital, Puerto Príncipe, y la violencia se ha extendido al vecino departamento de Artibonite, el granero de Haití.
En total, hay unas 300 bandas armadas en el país y en 2023 ya se han producido 8000 asesinatos, linchamientos, secuestros y casos de violaciones brutales, dijo Ulrika Richardson, coordinadora residente y de Asuntos Humanitarios de la ONU, el pasado 8 de diciembre.
En octubre, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el despliegue de una misión multinacional de apoyo a la seguridad dirigida por Kenya, pero algunos obstáculos legales en el país han impedido por el momento el despliegue de mil policías kenianos para ayudar a la Policía Nacional de Haití.
El Tribunal Superior de Kenya en Nairobi ha fijado una vista para el 26 de enero para decidir sobre el asunto.
Tres millones de niños necesitan ayuda
Más de 2,9 millones de niños en Haití, uno de cada dos, dependen de la ayuda humanitaria para sobrevivir. El país se enfrenta se enfrenta a un cúmulo de crisis: inestabilidad política, un aumento dramático de la violencia armada, un resurgimiento del cólera y una inflación desorbitada. Los servicios básicos están al borde del colapso y se registran niveles sin precedentes de hambre, desnutrición y violencia de género.
Sólo en el área metropolitana de Puerto Príncipe hay al menos 140.000 desplazados internos, que viven en asentamientos espontáneos y comunidades de acogida. Entre ellos hay muchos niños no acompañados expuestos a abusos, explotación y violencia.
En septiembre de 2023, se habían notificado más de 64.400 casos sospechosos de cólera, casi la mitad de ellos entre niños menores de 14 años. Y las precarias condiciones de saneamiento y el acceso limitado al agua potable abren el camino a las enfermedades transmitidas por el agua.
La agencia destaca que la actividad de grupos armados en las escuelas y alrededores impide a los niños ir a clases, con un riesgo cada vez mayor de ser reclutados o ser víctimas de violencia y abusos sexuales. Más de 1,2 millones de niños necesitarán apoyo en 2024 para acceder a la educación.
Además, unos 100.000 niños menores de cinco años requieren tratamiento para la emaciación grave.
Financiación flexible
Para 2024, UNICEF solicita 221,7 millones de dólares para cubrir las necesidades de 2,1 millones de personas en Haití, entre ellas 1,1 millones de niños. La situación humanitaria no mejorará el próximo año. Por el contrario, se prevé un potencial aumento de los riesgos que pueden elevar las necesidades humanitarias en todo el país.
En este entorno cada vez más volátil, con más niños necesitados que nunca y recursos inmensamente limitados, la agencia dice que los llamados fondos flexibles son cruciales. La financiación flexible y no asignada es una financiación de emergencia en la que los donantes confían a UNICEF el uso de sus fondos cuando y donde sea necesario y de manera oportuna y eficaz.
En Haití, los fondos flexibles fueron fundamentales para responder al resurgimiento del cólera desde octubre de 2022.