Excavadoras en campos de refugiados, detenidos desnudos y escupidos, campesinos despojados de sus cosechas: con el telón de fondo de la guerra en Gaza, la situación en la Cisjordania ocupada se está “deteriorando rápidamente” en medio de niveles de violencia no vistos en años, advirtió este jueves el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Volker Türk.
Respecto a un nuevo informe sobre Cisjordania publicado por su oficina, Türk expresó su preocupación por el uso de medios militares y armas por parte de las fuerzas del orden, las restricciones de circulación que afectan a los palestinos y el fuerte aumento de la violencia de los colonos, que ha provocado el desplazamiento de comunidades de pastores.
“La deshumanización de los palestinos que caracteriza muchas de las acciones de los colonos es muy preocupante y debe cesar inmediatamente”, declaró, pidiendo a Israel que investigue los incidentes, procese a los autores y proteja a las comunidades palestinas contra cualquier forma de traslado forzoso.
El año más mortífero
El responsable de derechos humanos afirmó que los nuevos informes de violaciones repiten patrones documentados en el pasado, pero con una intensidad reforzada.
Desde el inicio de los bombardeos israelíes sobre Gaza en represalia por los ataques de Hamás el 7 de octubre, en la Cisjordania ocupada la Oficina del Alto Comisionado ha verificado la muerte de 300 palestinos, entre ellos 79 niños, la gran mayoría a manos de las Fuerzas de Seguridad Israelíes, mientras que ocho fueron asesinados por colonos.
Antes del 7 de octubre, ya se había alcanzado la cifra récord de 200 palestinos muertos en Cisjordania este año. En su última actualización, la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) subrayó que 2023 es “el año más mortífero para los palestinos en Cisjordania” desde que la ONU empezó a registrar víctimas en 2005.
Violencia contra los detenidos
El informe de la OCHA señala un “fuerte aumento de los ataques aéreos, así como de las incursiones de vehículos blindados de transporte de tropas y excavadoras enviados a campos de refugiados y otras zonas densamente pobladas de Cisjordania” desde el 7 de octubre. También destaca la detención de más de 4700 palestinos, entre ellos unos 40 periodistas, por parte de las fuerzas de seguridad, “en la mayoría de los casos sin relación con la comisión de un delito penal”.
Algunos de los detenidos fueron sometidos a malos tratos, según el informe: “desnudados, con los ojos vendados y retenidos durante largas horas con esposas y con las piernas atadas, mientras los soldados israelíes les pisaban la cabeza y la espalda… les escupían, les golpeaban contra las paredes”.
El informe de la Oficina del Alto Comisionado recuerda que, el 31 de octubre, los medios de comunicación israelíes informaron de que “se habían publicado decenas de fotografías y videoclips de soldados israelíes en los que aparecían abusando, degradando y humillando a palestinos detenidos en Cisjordania”.
El informe también documenta casos de violencia sexual y de género “entre ellos el de una detenida a la que golpearon en los genitales, la desnudez forzada de varias detenidas mostrada en vídeos, insultos sexuales contra una mujer, … dos mujeres embarazadas a las que amenazaron con violar mientras estaban detenidas, ‘Como Al-Qassam [brazo armado de Hamás que llevó a cabo los ataques del 7 de octubre] hizo con las mujeres israelíes´”.
Se duplican los ataques de los colonos
La violencia de los colonos contra los palestinos ha aumentado en Cisjordania ocupada, según el informe, que destaca que entre el 7 de octubre y el 20 de noviembre la OCHA registró 254 ataques, con una media de seis incidentes diarios, frente a los tres registrados desde principios de año. Entre ellos hubo tiroteos, incendios de viviendas y vehículos y arrancamiento de árboles, según OCHA.
“En muchos incidentes, los colonos iban acompañados por las fuerzas de seguridad del Estado o vestían uniformes de las fuerzas de seguridad y portaban rifles del ejército”, según el informe. Las conclusiones incluyen ataques armados de colonos contra palestinos que recogen sus aceitunas, “obligándoles a abandonar sus tierras, robándoles la cosecha y envenenando o destrozando sus olivos, privando a muchos palestinos de una fuente vital de ingresos”.
El informe de la Oficina del Alto Comisionado señala que, después del 7 de octubre, “las fuerzas de seguridad israelíes… habrían distribuido 8000 fusiles del ejército a “escuadrones de defensa de los asentamientos” civiles y a “batallones de defensa regional” establecidos para proteger los asentamientos en Cisjordania”, después de que muchas tropas israelíes fueran redesplegadas a Gaza.
Türk deploró la “continua falta de rendición de cuentas por la violencia de los colonos y las fuerzas de seguridad israelíes” e instó a Israel a permitir el acceso de su Oficina al país, añadiendo que “estaba dispuesto a informar de manera similar sobre los ataques del 7 de octubre”.
Aumenta el número de muertos en Gaza
Mientras tanto, en Gaza, la última cifra de muertos hasta la medianoche del jueves ascendía a 21.110, según las autoridades sanitarias de la Franja, con más de 55.243 palestinos heridos en ese territorio.
La OCHA informó de que el miércoles continuaron los intensos bombardeos israelíes por aire, mar y tierra en la mayor parte del territorio, mientras los grupos armados palestinos siguieron lanzando cohetes contra Israel.
Según la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), se calcula que 1,9 millones de personas en Gaza, casi el 85% de la población, se encuentran desplazadas internamente, muchas de ellas de forma repetida. El jueves, la agencia subrayó que las nuevas órdenes de evacuación israelíes en Gaza Central están agravando los desplazamientos, ya que “más de 150.000 personas (niños pequeños, mujeres con bebés a cuestas, personas con discapacidad y ancianos) no tienen adónde ir”.
Desastre para la salud pública
La OCHA señaló que la falta de alimentos y productos básicos, así como la falta de higiene, están empeorando aún más las “ya de por sí terribles condiciones de vida” de los desplazados y alimentando las enfermedades.
El coordinador de Ayuda de Emergencia de la ONU, Martin Griffiths, escribió en la red social X que mientras las enfermedades infecciosas se propagan rápidamente en los refugios superpoblados, “los hospitales apenas funcionan” y cientos de personas con heridas de guerra se ven privadas de atención.
“Gaza es un desastre de salud pública en ciernes”, advirtió.
Entregas de ayuda hospitalaria
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el miércoles sólo 13 hospitales de Gaza funcionaban parcialmente. La agencia señaló que cuatro de ellos, situados en el norte, se enfrentan a la escasez de personal médico y suministros, incluidos anestesia y antibióticos, así como combustible, alimentos y agua potable, mientras que los del sur triplican su capacidad.
A principios de esta semana, equipos de la OMS y sus asociados entregaron suministros esenciales a dos hospitales, el de Al-Shifa, en el norte, y el de la Media Luna Roja Palestina de Al-Amal, en el sur. La agencia afirmó que su personal fue testigo de “intensos” combates cerca de las instalaciones y de una elevada carga de pacientes.
Según las autoridades sanitarias de Gaza, las tasas de ocupación alcanzan el 206% en los departamentos de hospitalización y el 250% en las unidades de cuidados intensivos, mientras decenas de miles de desplazados buscan refugio en las instalaciones.
Hambre y desesperación
La OMS reiteró que personas hambrientas detuvieron sus convoyes el martes “con la esperanza de encontrar alimentos” y subrayó que su capacidad para suministrar medicamentos, material médico y combustible a los hospitales “se ve cada vez más limitada por el hambre y la desesperación de las personas que se dirigen a los hospitales a los que llegamos, y que se encuentran dentro de ellos”.
Aunque la resolución 2070 del Consejo de Seguridad de la ONU, adoptada la semana pasada, pedía el suministro inmediato, seguro y sin trabas de ayuda humanitaria a gran escala directamente a la población civil palestina de toda la Franja de Gaza, el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha declarado que “según los testimonios de testigos presenciales de la OMS sobre el terreno, la resolución trágicamente aún no ha surtido efecto“.
“Lo que necesitamos urgentemente en estos momentos es un alto el fuego que evite a los civiles más violencia y comience el largo camino hacia la reconstrucción y la paz”, aseveró Tedros.