Cualquier medida de Israel para extender su invasión a gran escala de Gaza a la masificada ciudad meridional de Rafah podría dar lugar a crímenes de guerra que deben evitarse a toda costa, advirtió el martes la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).
“Nosotros, como ONU y como Estados miembros de la ONU, podemos dar testimonio”, declaró el portavoz de la OCHA, Jens Laerke, a los periodistas en Ginebra. “Podemos dejar claro lo que dice la ley… según el derecho internacional humanitario, el bombardeo indiscriminado de zonas densamente pobladas puede equivaler a crímenes de guerra“.
Las declaraciones se produjeron mientras la OCHA informaba de un “aumento de los ataques” en la gobernación de Rafah el domingo y el lunes. Al mismo tiempo, miles de habitantes de Gaza siguen llegando a esa ciudad, entre ellos muchos de los que han huido de los intensos combates en Jan Yunis.
El resultado de este éxodo es que la población de Rafah se ha quintuplicado desde que estalló la guerra en el enclave el 7 de octubre, en respuesta a los atentados terroristas dirigidos por Hamás en Israel que dejaron unos 1200 muertos y más de 250 capturados como rehenes.
“Para ser claros, la intensificación de las hostilidades en Rafah en esta situación podría conducir a la pérdida a gran escala de vidas civiles y debemos hacer todo lo posible dentro de nuestras posibilidades para evitarlo”, dijo Laerke.
Más de 27.400 personas, en su mayoría mujeres y niños, han muerto en Gaza por los ataques israelíes y más de 66.800 han resultado heridas.
Evacuación de Jan Yunis
Tommaso Della Longa, de Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC), confirmó que 8000 gazatíes que se habían refugiado en el hospital Al Amal habían abandonado las instalaciones el lunes, después de que las autoridades israelíes garantizaran un paso seguro.
A pesar de esta evolución positiva, la situación en Gaza es “más que catastrófica… una pesadilla” que sigue empeorando, dijo el portavoz de esa organización, al lamentar la muerte de la cooperante Hedaya Hamad, de la Media Luna Roja Palestina (MLRP), asesinada durante un bombardeo en el complejo hospitalario de Al Amal el pasado viernes.
“En las últimas dos semanas, el hospital ha estado rodeado de intensos bombardeos y combates, sin posibilidad de entrar ni salir. Ha sido atacado varias veces, y la última fue el viernes pasado, cuando murió esta colega”, declaró Della Longa, que describió la desesperada escasez de medicamentos, alimentos y agua, así como la tarea “casi imposible” de reponer las existencias y permitir el acceso de las ambulancias.
Casi 100 personas permanecen en el maltrecho centro de salud, entre ellas pacientes ancianos y otros discapacitados que no han podido ser trasladados, junto con el personal y los voluntarios.
“No quiero ni pensar en la posibilidad de que Al Amal cierre en los próximos días”, dijo el portavoz de la Cruz Roja, señalando que el mismo escenario se había producido en otro hospital, Al Quds, en la ciudad de Gaza, que se declaró cerrado el 12 de noviembre. “La realidad es que si la situación no cambia, será muy difícil continuar con las actividades en el hospital”.