En medio de nuevos combates en Gaza el jueves, incluyendo informes de ataques aéreos mortales en la provincia de Rafah, el máximo responsable de ayuda de la ONU, Martin Griffiths, se hizo eco de los temores internacionales generalizados sobre una nueva escalada del conflicto.
“A medida que la guerra en Gaza se adentra en Rafah, me preocupa enormemente la seguridad y el bienestar de las familias que han soportado lo impensable en busca de seguridad”, declaró Griffiths en X, anteriormente Twitter.
Los comentarios del veterano funcionario humanitario se produjeron cuando los medios de comunicación informaron de que los ataques aéreos israelíes durante la noche del jueves en Rafah dejaron 14 muertos, entre ellos cinco niños.
Al mismo tiempo, la oficina de coordinación de la ayuda de la ONU, OCHA, informó de que el Ejército israelí anunció el miércoles “una suspensión temporal y táctica de las actividades militares en el barrio occidental de Rafah entre las 10 de la mañana y las 2 de la tarde por motivos humanitarios”.
Guterres pide una solución de dos Estados
El Secretario General de la ONU condenó el aumento de la violencia en Gaza, que ya ha entrado en su quinto mes, y dijo el miércoles a los Estados miembros que estaba “especialmente alarmado por los informes de que el Ejército israelí pretende centrarse a continuación en Rafah, donde cientos de miles de palestinos se han visto atrapados en una búsqueda desesperada de seguridad”.
En un discurso ante la Asamblea General, en el que expuso sus prioridades para el año, António Guterres reiteró que “nada justifica” los “horribles ataques terroristas” de Hamás contra Israel el 7 de octubre, que desencadenaron bombardeos masivos y una operación terrestre.
Guterres insistió en que sólo un “alto el fuego humanitario inmediato y la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes” podrían contribuir a lograr la paz, junto con “acciones irreversibles hacia una solución de dos Estados”.
Amenaza a la línea de socorro
La comunidad humanitaria ha advertido de que la continuación de las hostilidades en la provincia de Rafah, donde se calcula que se refugian 1,4 millones de personas, provocará con toda probabilidad nuevas pérdidas de vidas humanas.
“Más de la mitad de la población de Gaza está hacinada en Rafah, una ciudad de 250.000 habitantes situada a las puertas de Egipto”, declaró Griffiths, responsable de la Ayuda de Emergencia de la ONU y director de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). “Sus condiciones de vida son pésimas; carecen de lo básico para sobrevivir, acechados por el hambre, la enfermedad y la muerte”.
Destacando la creciente desesperanza que sienten millones de gazatíes desarraigados por la violencia -y la frustración de los equipos de ayuda que intentan ayudarles-, Griffiths advirtió de que cualquier extensión de los combates podría crear aún más obstáculos a los esfuerzos de socorro, ya entorpecidos por las repetidas restricciones de acceso de las fuerzas israelíes y las infraestructuras dañadas.
Se confirma de nuevo el riesgo de hambruna
Las últimas evaluaciones nutricionales llevadas a cabo por organizaciones humanitarias indican que el riesgo de hambruna en Gaza aumenta día a día.
En su advertencia, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) expresó su especial preocupación “por las 300.000 personas del norte de Gaza que, según las estimaciones, se han visto privadas de asistencia y donde las evaluaciones de seguridad alimentaria muestran las mayores necesidades”.
La ayuda humanitaria que llega a la ciudad de Gaza, en el norte de la Franja, “no es suficiente para prevenir una hambruna“, afirmó el PMA, antes de añadir que era urgente “un acceso más rápido y sostenido”. La última vez que la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, UNRWA, pudo llevar a cabo una distribución de alimentos en el norte de Wadi Gaza fue el 23 de enero, según la última actualización de la situación de la OCHA.