El Programa Mundial de Alimentos suspendió las entregas de ayuda humanitaria en el norte de Gaza por la inseguridad. Adviertió que la situación allí emporará y que ya hay “personas muriendo por casas relacionadas con el hambre”
“La decisión de suspender las entregas al norte de la Franja de Gaza no se ha tomado a la ligera, ya que sabemos que significa que la situación allí empeorará aún más y más personas correrán el riesgo de morir de hambre”, dijeron en un comunicado.
El Programa pide que se garantice la seguridad “tanto para el personal como para las personas que la reciben.
Las entregas se habían reanudado el domingo después de una suspensión de tres semanas. El plan era enviar 10 camiones de alimentos durante siete días seguidos.
El domingo, el primer convoy fue rodeado por multitudes de personas hambrientas cerca del puesto de control de Wadi Gaza. El lunes, varios camiones fueron saqueados entre Jan Yunis y Deir al Balah y un conductor fue golpeado.
En estos últimos dos días, sus equipos han sido testigos “de niveles de desesperación sin precedentes”. Los últimos informes confirman el rápido declive y un aumento de la desnutrición aguda. “La gente ya están muriendo por causas relacionadas con el hambre”, añadieron.
El Programa buscará formas de “reanudar las entregas de manera responsable lo antes posible”. Se necesita una expansión a gran escala del flujo de asistencia al norte de Gaza de manera urgente para evitar un desastre.
Evacuación del hospital Nasser
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dirigió dos misiones para trasladar a 32 pacientes críticos, entre ellos dos niños, desde el Complejo Médico Nasser, en el sur de Gaza. Las operaciones se llevaron a cabo entre el domingo y el lunes en medio de continuos combates y restricciones de acceso.
Las misiones de “alto riesgo” se hicieron en estrecha colaboración con la Media Luna Roja Palestina y la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA).
El traslado de pacientes fue solicitado por el personal del hospital después de que la unidad quedara fuera de servicio tras una operación militar el 14 de febrero, llevada a cabo tras una semana de asedio.
La OMS detalló que los pacientes en estado muy frágil fueron trasladados en medio de hostilidades bncerca del convoy de ayuda. Las condiciones de las carreteras dificultaron el rápido desplazamiento de las ambulancias, lo que puso aún más en peligro la salud de los pacientes.
El hospital Nasser no tiene electricidad ni agua corriente, y los residuos médicos y otros desperdicios están creando un caldo de cultivo para las enfermedades. El equipo de la OMS dijo que la destrucción en torno al hospital era “indescriptible”.
Se calcula que 130 pacientes enfermos y heridos y al menos 15 médicos y enfermeros permanecen dentro del hospital y la OMS teme por su seguridad y bienestar.
La agencia considera el desmantelamiento y la degradación del Complejo Médico Nasser “un duro golpe para el sistema sanitario de Gaza”. Las unidades de la zona sur ya están funcionando muy por encima de su capacidad máxima y apenas pueden recibir más pacientes.