El Alto Comisionado para los Derechos Humanos hizo este viernes un llamamiento a la rendición de cuentas por las graves violaciones cometidas por todas las partes en Gaza, Cisjordania, incluido Jerusalén Oriental, e Israel.
En un nuevo informe, la Oficina del Alto Comisionado enumeró una amplia gama de motivos de preocupación, como homicidios ilegítimos, toma de rehenes, destrucción de bienes de carácter civil, castigos colectivos, desplazamientos forzosos, incitación al odio y la violencia, agresiones sexuales y tortura. Todos estos actos están prohibidos por el derecho internacional humanitario y de los derechos humanos.
“No se puede permitir que continúe la arraigada impunidad de la que ha informado nuestra Oficina durante décadas. Debe haber rendición de cuentas por todas las partes por las violaciones observadas durante 56 años de ocupación y los 16 años de bloqueo de Gaza, y hasta hoy”, declaró Volker Türk.
Ataques contra el campo de refugiados de Yabalia
El informe destaca tres incidentes concretos, entre otros muchos, por haber suscitado serias dudas sobre el cumplimiento del derecho internacional humanitario.
En dos ataques contra el campo de refugiados de Yabalia y en uno contra Al-Yarmouk, en la ciudad de Gaza, se utilizaron armas explosivas con efectos de gran alcance en zonas densamente pobladas. Los ataques causaron una enorme destrucción y, según los informes, no se avisó ni se hizo ningún esfuerzo por evacuar los edificios residenciales antes de éstos.
Türk instó a todas las partes a poner fin inmediatamente a las violaciones y abusos contra los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, y a llevar a cabo investigaciones rápidas, independientes, imparciales, exhaustivas, eficaces y transparentes de todas las presuntas violaciones.
Dos bebés colocados en una sola cama en la Maternidad Al-Helal Al-Emirati de Rafah.
“Las mujeres dan a luz prematuramente a causa del terror”
El Fondo de Población de las Naciones Unidas advirtió este viernes sobre el aumento de las urgencias obstétricas en Gaza, mientras que las instalaciones sanitarias que quedan están sometidas a una presión “insoportable”.
En la maternidad Al-Helal Al-Emirati de Rafah, sólo hay cinco camas para partos. Se trata de uno de los pocos hospitales que quedan en funcionamiento en el sur de Gaza.
Allí, el personal ha descrito el horror que supone la afluencia interminable de pacientes heridos y enfermos, incluidas mujeres embarazadas, madres primerizas y bebés. Los recién nacidos mueren porque la madre no pudo acudir a las revisiones prenatales o postnatales, o porque no queda ningún centro al que acudir.
Como explica la matrona Samira Hosny Qeshta, “la mayoría de ellas dejaron de hacer cualquier seguimiento a partir del séptimo mes. Ahora sólo vienen a dar a luz, esperando lo mejor”.
Los incesantes bombardeos, la huida en busca de seguridad y el miedo también se están cobrando el mayor número de víctimas, según el doctor Ahmed Al Shaer, especialista en pediatría del hospital. “El terror y la ansiedad […] provocan partos prematuros. Estos casos son un reto incluso en días normales, así que imagínense ahora. Es una situación trágica”.
Riesgo de infecciones
Por otra parte, la agencia señala que las enfermedades infecciosas proliferan en los refugios hacinados e inseguros, así como en los hospitales que también están siendo atacados, mientras que el hambre, la deshidratación y la muerte aumentan.
Las infecciones proliferan en los aseos y duchas insalubres, lo que supone un peligro especialmente para las mujeres embarazadas y los niños pequeños. “La mayoría de las mujeres vienen con infecciones”, explicó Qeshta. “Los baños son compartidos y las infecciones se transmiten fácilmente; incluso la ropa interior no pueden cambiarla con frecuencia: todo esto contribuye a las infecciones”.
Más de tres cuartas partes de la población de Gaza se han visto obligadas a abandonar sus hogares desde el estallido del conflicto el 7 de octubre, muchas de ellas varias veces. La mayoría lucha en condiciones peligrosas, sin refugio contra la violencia y con una tienda de campaña endeble como única protección contra el viento, la lluvia y el frío.
En medio de esta catástrofe, unas 5500 mujeres van a dar a luz en el próximo mes sin apenas acceso a asistencia médica, y más de 155.000 mujeres embarazadas y lactantes corren un alto riesgo de desnutrición, advirtió el organismo.
Las familias desplazadas siguen viviendo en las escuelas del UNRWA en la Franja de Gaza.
La UNRWA, en punto de quiebre
El comisionado general de la Agencia para los Refugiados Palestinos (UNRWA) informó este jueves a través de una carta al presidente de la Asamblea General de que el organismo ha llegado a un “punto de rupturacrítico”, con los repetidos llamamientos de Israel para desmantelarla y la congelación de la financiación por parte de los donantes en un momento de necesidades humanitarias “sin precedentes” en Gaza.
Además, Philippe Lazzarini detalló que en poco más de cuatro meses en Gaza han muerto más niños, más periodistas, más personal médico y más personal de la ONU que en ningún otro lugar del mundo durante un conflicto.
Más de 150 locales de la UNRWA han sido alcanzados por los bombardeos en el enclave, matando a más de 390 e hiriendo a 1300 y según los expertos de la ONU, la hambruna es inminente.
El comisionado también hizo referencia al hecho de que, tras despedir a 12 empleados de la agencia acusados por Israel de haber participado en el ataque de Hamás del 7 de octubre, hasta la fecha, ninguna prueba ha sido compartida por Israel con UNRWA a este respecto.
La consiguiente suspensión de la ayuda por parte de 16 países donantes, por un total de 450 millones de dólares, significa que sin nuevos fondos las operaciones de la agencia en todo Oriente Medio se verán gravemente comprometidas a partir de marzo.
Desinformación deliberada
Lazzarini señaló que en las últimas semanas ha habido “un esfuerzo concertado por parte de algunos funcionarios israelíes para confundir engañosamente a UNRWA con Hamás”, para interrumpir las operaciones de la agencia y pedir su desmantelamiento.
Estas operaciones han creado riesgos para la seguridad del personal, han obstruido su mandato de servir a los civiles palestinos y han hecho imposible su funcionamiento sin el consentimiento de Israel, señaló.
Apoyo político
Lazzarini concluyó que la Asamblea General se enfrenta ahora “a una decisión fundamental”: O permitir que la UNRWA sea barrida sin consulta política y acuerdo por parte de los palestinos, o elegir hacer de un momento de crisis un catalizador para la paz.
“Insto a la Asamblea General a proporcionar el apoyo político necesario para sostener a UNRWA”, o crear un camino para que la agencia “transite inmediatamente hacia una solución política largamente esperada que pueda traer la paz a palestinos e israelíes”.
Si los miembros de la Asamblea General optan por apoyar la agencia, el comisionado pidió un cambio en su estructura de financiación que ponga fin a la dependencia de las contribuciones voluntarias “que la hacen vulnerable a consideraciones políticas más amplias”.
