Menos de la mitad de los convoyes de ayuda humanitaria de la ONU previstos para el norte de Gaza, asolado por el hambre, han llegado en lo que va de mes a su destino, a pesar de los repetidos llamamientos de la comunidad internacional para aumentar la asistencia a más de un millón de personas al borde de la inanición.
En su última actualización, la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), informó de que en las dos primeras semanas de marzo sólo 11 de las 24 operaciones fueron “facilitadas” por las autoridades israelíes. “El resto fueron denegadas o aplazadas”, precisando que a cinco convoyes se les denegó la entrada y ocho fueron aplazados.
“Las operaciones autorizadas consistieron principalmente en distribuciones de alimentos, evaluaciones nutricionales y sanitarias, y la entrega de suministros a hospitales”, informó la Oficina, repitiendo las advertencias de que las “limitaciones del acceso humanitario” siguen “afectando gravemente a la entrega puntual de asistencia vital, en particular a cientos de miles de personas en el norte de Gaza”.
Acceso completo y sin restricciones
Haciéndose eco de estos llamamientos, el Secretario General, António Guterres, instó el miércoles a las autoridades israelíes a “garantizar el acceso completo y sin restricciones de la ayuda humanitaria en toda Gaza y a que la comunidad internacional apoye plenamente nuestros esfuerzos humanitarios”.
Desde Bruselas, donde se encuentra reunido con representantes de la Unión Europea, el máximo responsable de la ONU reiteró también su llamamiento a “seguir haciendo todo lo posible para detener la matanza, alcanzar un alto el fuego humanitario inmediato y garantizar la liberación incondicional de los rehenes”.
Las restricciones a la ayuda humanitaria se producen incluso después de que la Corte Internacional de Justicia consideró plausible el pasado enero que los actos de Israel pudieran equivaler a genocidio y dictó seis medidas provisionales, ordenando a Israel que adoptara todas las acciones a su alcance para impedir actos genocidas, entre ellas prevenir y castigar la incitación al genocidio, garantizar que la ayuda y los servicios llegan a los palestinos sitiados en Gaza y preservar las pruebas de los crímenes cometidos en Gaza.
Entrada de Wadi Gaza
El envío de ayuda al norte de Gaza requiere “aprobaciones diarias” por parte de las autoridades israelíes, explicó OCHA, pero a pesar de todos los esfuerzos por coordinar el proceso, “los convoyes de camiones son rechazados con frecuencia, incluso tras largas esperas en el puesto de control de Wadi Gaza”, que es la puerta de entrada al norte del enclave.
Los convoyes de ayuda también se han convertido en el centro de atención de “personas desesperadas” que intentan conseguir comida, ya sea en el puesto de control o a lo largo de la difícil ruta hacia el norte, cuando consiguen pasar.
“La única forma de evitarlo es garantizar que se pueda suministrar suficiente ayuda de forma fiable“, indicó la Oficina.
Durante el mismo periodo de dos semanas en marzo, las autoridades israelíes concedieron acceso a tres de cada cuatro misiones de ayuda a las zonas al sur de Wadi Gaza (78 de 103), con 15 denegadas y 10 “pospuestas o retiradas”, según OCHA.
La hambruna se acerca
Mientras tanto, “la hambruna es inminente” sino es una realidad ya en algunas partes del enclave, advirtió la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNWRA) en medio de informes de que 24 personas murieron durante la noche en un ataque a un convoy de ayuda en el norte de la ciudad de Gaza.
“En lo que va de marzo, una media de 159 camiones de ayuda al día han entrado en la Franja de Gaza. Esto está muy por debajo de las necesidades” totales para la Franja, dijo UNRWA en un post en X, antes Twitter.
Un alto el fuego y la liberación de todos los rehenes restantes sigue siendo la única manera de garantizar que llegue suficiente ayuda a Gaza por tierra, un método mucho más eficaz que los lanzamientos aéreos o envíos por mar, según los funcionarios de ayuda han insistido durante mucho tiempo.
Con este fin, las conversaciones entre las delegaciones de Israel, Estados Unidos y Egipto comenzaron el miércoles su tercer día en Qatar, según informaron los medios de comunicación.
Los últimos datos facilitados por la autoridad sanitaria del enclave indican que el número de muertos desde el 7 de octubre asciende a 31.923, con 74.096 heridos.
Continúa el asesinato de civiles en Cisjordania
Mientras en la Cisjordania ocupada, justo antes de la puesta de sol del 19 de marzo, un pastor palestino de 43 años, padre de cuatro hijos, murió tiroteado en la comunidad de pastores de Khirbet Tell al Khashaba, cerca del pueblo de Aqraba, en Nablus.
Según fuentes de la comunidad y testigos presenciales, el palestino estaba pastoreando su ganado cuando tres colonos israelíes de un puesto avanzado de asentamiento cercano vestidos con uniformes del Ejército se acercaron a él y lo empujaron por la fuerza al suelo.
Las fuentes comunitarias añadieron que, al intentar defenderse y empujar a uno de los atacantes, otro colono le disparó mortalmente en el pecho.
Según una fuente del Ejército israelí, citada por un medio de comunicación, el palestino recibió un disparo de un soldado israelí.
Desde el 7 de octubre han muerto 422 palestinos, 410 de ellos a manos de fuerzas israelíes, nueve a manos de colonos y tres a manos de fuerzas israelíes o de colonos, en toda Cisjordania, incluido Jerusalén Oriental.
La cifra incluye 114 palestinos asesinados desde el comienzo de 2024 (frente a 85 durante el mismo periodo de 2023), la gran mayoría por fuerzas israelíes.
Unos 4690 palestinos han resultado heridos, entre ellos 724 niños, desde el 7 de octubre en Cisjordania, incluido Jerusalén Oriental.