El director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley, concluyó este sábado una visita a la región turca de Hatay, en el sur del país, donde observó de primera mano de la devastación causada por el seísmo que sacudió el país el pasado 6 de febrero.
Con unos 18 millones de damnificados en el sur de Turquía y el noroeste de Siria, se han perdido decenas de miles de vidas y millones y millones de personas han perdido sus hogares, sus medios de subsistencia y sus bienes.
“Sólo hay una forma de describir lo que he visto hoy: apocalíptico. Barrios enteros arrasados, casas destruidas, escuelas y comercios cerrados, vidas destrozadas. La magnitud de la devastación es realmente incomprensible”, afirmó Beasley.
El director ejecutivo visitó la ciudad de Antioquía que sufrió importantes pérdidas de vidas humanas y una destrucción masiva. La urbe parece una ciudad fantasma, con casas, escuelas, tiendas e infraestructuras críticas dañadas y destruidas.
“Aunque el mundo se ha movilizado rápidamente en apoyo de la población, el impacto de este terremoto se dejará sentir durante meses y años“, señaló Beasley, que también visitó el campamento de Boynuyoğun para reunirse con familias desplazadas cuyas casas quedaron reducidas a escombros.
Además, Beasley visitó el centro de operaciones de la ONU, donde los camiones cargan alimentos vitales y otros suministros de emergencia antes de dirigirse al paso fronterizo de Bab al-Hawa, en ruta hacia a las zonas no controladas por el gobierno en el noroeste de Siria.
El máximo responsable del PMA se unió a un convoy de 21 camiones que transportaba 380 toneladas de harina de trigo, bulgur y arroz, junto con otros artículos de emergencia no alimentarios.
“Nuestros camiones están en marcha, y estos alimentos y otros suministros salvarán literalmente miles y miles de vidas”, declaró Beasley, mientras observaba cómo el convoy entraba en Siria.
En cuanto a la parte siria, Beasley describió la situación como una “catástrofe sumada a otra catástrofe”. El seísmo se produce tras 12 años de conflicto incesante, y las zonas más afectadas carecen de la capacidad y las infraestructuras necesarias para hacer frente al impacto de una catástrofe de esta magnitud
La ayuda humanitaria ha de llegar por todas las vías posibles
Tras la reapertura de otros dos pasos fronterizos el 13 de febrero, Bab al Salam y Al Raeeel, el PMA facilitó el cruce de 180 camiones hacia zonas no controladas por el gobierno en el noroeste de Siria.
Teniendo en cuenta que el terremoto agravó las necesidades humanitarias y las reservas se están agotando rápidamente, es fundamental que los alimentos y otros suministros vitales puedan entrar en el noroeste de Siria a través de todas las formas posibles.
“Tenemos que reanudar y aumentar las entregas a través de las líneas fronterizas y hago un llamamiento a todas las partes para que faciliten el acceso”, declaró.
El PMA está ayudando a más de 2,3 millones de personas afectadas por el terremoto en ambos países.
Los fondos que el PMA necesita para la respuesta de emergencia en Turquía ascienden a 80 millones de dólares. Para Siria precisa 150 millones de dólares que se destinarán a ayudar a 800.000 personas afectadas por el terremoto durante seis meses.
Además, el PMA necesita 300 millones de dólares para mantener su programa de asistencia alimentaria en toda Siria para 5,5 millones de personas cada mes. Si no recibe esta cantidad, el PMA se verá obligado a suspender su asistencia a 3,8 millones de sirios en cuestión de meses.
Source: news.un.org