El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) advierte que la violencia imperante en Haití sigue amenazando el bienestar de niños y mujeres. Los últimos informes revelan un alarmante aumento de los secuestros, con casi 300 casos confirmados en los primeros seis meses de 2023, casi igualando el número total documentado durante todo el año anterior, y casi tres veces más que en 2021.
La agencia indicó que, en la mayoría de los casos, los grupos armados se llevan por la fuerza a niños y mujeres y los utilizan para obtener beneficios económicos o tácticos. Las víctimas que consiguen volver a casa se enfrentan a profundas cicatrices físicas y psicológicas, posiblemente durante muchos años.
En la actualidad, se calcula que 5,2 millones de personas, o casi la mitad de la población, necesitan ayuda humanitaria, entre ellas casi tres millones de niños.
Los asistentes humanitarios en el país señalaron que el aumento de la violencia, los saqueos, el bloqueo de carreteras y la omnipresencia de los grupos armados obstaculizan gravemente su trabajo, dificultando la entrega de la ayuda tan necesaria a las comunidades afectadas.
En este contexto, la agencia hizo un llamamiento urgente para la liberación inmediata y el retorno seguro de todas las personas secuestradas en Haití. A medida que la violencia continúa devastando vidas inocentes, UNICEF reiteró que permanece firme en su compromiso de proporcionar ayuda crítica y apoyo a los niños que se han visto afectados por estos traumáticos acontecimientos.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) advierte que el 76% de los menores de 18 años de Asia meridional, unos 460 millones de personas, están expuestos a temperaturas extremadamente altas.
Esto significa que tres de cada cuatro menores de Asia meridional ya están expuestos a ese calor agobiante, en comparación con sólo uno de cada tres (32%) a nivel mundial. El análisis se hizo con datos de 2020, los últimos disponibles, cuando 83 o más días al año superaron los 35°C.
La agencia señaló una creciente preocupación por los bebés, los niños pequeños, los desnutridos y las mujeres embarazadas, ya que son los más vulnerables a los golpes de calor y otros eventos peligrosos. Los bebés y los niños no son capaces de eliminar el exceso de calor de su cuerpo, por lo que no pueden adaptarse rápidamente a los cambios de temperatura. Esto puede provocar síntomas y enfermedades como aumento de la temperatura corporal, fuertes dolores de cabeza, deshidratación, desmayos y coma, en los niños pequeños; y contratiempos en el desarrollo en los bebés.
UNICEF insta a los trabajadores y autoridades locales a que protejan a los niños instruyendo a la población. Las familias y cuidadores deben tomar previsiones ante la subida de las temperaturas y reconocer los síntomas a tiempo.
Para los niños pequeños, las bolsas de hielo, los ventiladores o la nebulización con agua pueden ayudar a bajar su temperatura corporal, mientras que la inmersión en agua fría puede ayudar a los niños mayores. Se debe acudir a un centro sanitario en caso de ser necesario.
Un proyecto regional refuerza las alertas meteorológicas tempranas en el Caribe
Impulsado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), un exitoso proyecto de tres años y medio en el Caribe ha facilitado la mejora de los servicios meteorológicos, hídricos y climáticos de la región, salvando vidas y protegiendo medios de subsistencia de las comunidades vulnerables. Esto ha sido posible mediante el fortalecimiento de la cooperación entre los organismos de desarrollo y los socios locales.
El proyecto, Fortalecimiento de los sistemas hidrometeorológicos y de alerta temprana en el Caribe, proporciona herramientas prácticas y señala las políticas más efectivas de alerta temprana, tras haber identificado lagunas de los servicios nacionales en una evaluación de la devastadora temporada de huracanes de 2017.
“La legislación meteorológica, las políticas y los planes y marcos estratégicos nacionales son fundamentales para reforzar los servicios hidrometeorológicos de los países del Caribe. Ayudan a los servicios meteorológicos nacionales a establecer mandatos legales apropiados con funciones bien definidas, responsabilidades y recursos adecuados para apoyar sus economías nacionales, predecir mejor los fenómenos hidrometeorológicos de alto impacto y los peligros correlacionados, y prestar servicios orientados al usuario”, declaró la directora de la OMM en el Caribe.
Arlene Laing añadió que, en este contexto, el proyecto cerró una importante brecha en los respectivos países, ya que proporcionó mandatos legales claros en la región, donde la mayoría de los servicios han estado operando en ausencia una legislación adecuada o planes estratégicos actualizados.
La agencia recuerda que el Caribe está muy expuesto a graves riesgos hidrometeorológicos como huracanes y tormentas tropicales, inundaciones, deslizamientos de tierra y mareas de tempestad. La exposición y la vulnerabilidad varían de una isla a otra, y el desarrollo socioeconómico, las infraestructuras, los ecosistemas y el acceso a los recursos y a la información influyen en el nivel de vulnerabilidad a estos peligros. Según el Banco Mundial, la región sufre cada año más de 1600 millones de dólares en daños provocados por peligros naturales.
El Alto Comisionado para los Derechos Humanos insta a los Estados a que refuercen el acceso a la justicia
En una sesión sobre la nueva Visión del Secretario General para el Estado de Derecho, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos declaró que es necesario centrar la justicia en las personas y sus derechos, comprender sus necesidades y responder en consecuencia. “Esto significa implicar a las personas en las decisiones judiciales y proporcionarles los medios para hacerlo”.
Volker Türk recordó que el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos es el fundamento de la libertad, la justicia y la paz en el mundo. Es la promesa recogida en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Sin embargo, al menos 253 millones de personas viven en situaciones extremas de injusticia y 4500 millones están excluidas de las oportunidades que brinda la ley. Mil millones de mujeres carecen de protección frente a la violencia sexual ejercida por su pareja.
Como muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el llamamiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 16 a proporcionar acceso a la justicia para todos no va por buen camino. “A pesar de muchos avances, no hemos logrado una justicia accesible y disponible para todos. Muchas instituciones del Estado de derecho y de la justicia se enfrentan a una crisis de capacidad, así como a una crisis de confianza pública”, señaló el Alto Comisionado.
En un mensaje con motivo del 78º aniversario del lanzamiento de la bomba atómica que hiciera Estados Unidos sobre Hiroshima, el Secretario General de las Naciones Unidas instó a la comunidad internacional a aprender del “cataclismo nuclear” que asoló la ciudad japonesa el 6 de agosto de 1945.
“Los tambores de la guerra nuclear vuelven a sonar. La desconfianza y la división aumentan”, dijo António Guterres en una declaración pronunciada por la alta representante de la ONU para Asuntos de Desarme, Izumi Nakamitsu, ante el Memorial de la Paz de Hiroshima. “La sombra nuclear que se cernía sobre el mundo durante la Guerra Fría ha resurgido. Y algunos países están haciendo sonar temerariamente el sable nuclear una vez más, amenazando con utilizar estas herramientas de aniquilación.”
A la espera de la eliminación total de todas las armas nucleares, Guterres llamó a la comunidad internacional a que hable como una sola voz, tal como se esboza en su Nueva Agenda para la Paz. Lanzada en julio de este año, la Agenda exhorta a los Estados miembros a que se vuelvan a comprometer inmediatamente con la consecución de un mundo libre de armas nucleares y a reforzar las normas mundiales contra su uso y proliferación.
“Los Estados que poseen armas nucleares deben comprometerse a no utilizarlas nunca”, insistió, al tiempo que subrayó el compromiso de la ONU de seguir trabajando para reforzar las normas mundiales sobre desarme y no proliferación, en particular el Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP) y el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares.