Desde el sábado, unas 3000 toneladas de suministros vitales esperan la entrada a Gaza en el lado egipcio del cruce de Rafah. El miércoles, Estados Unidos vetó una resolución que pedía “pausas humanitarias” para la entrega de ayuda.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, llegará a El Cairo en las próximas horas de este jueves para proseguir con sus esfuerzos diplomáticos, luego de haber llamado el martes a un “alto el fuego humanitario inmediato” tras el ataque al hospital Al Ahli en la ciudad de Gaza, que mató a 471 personas según las autoridades de Gaza.
La Oficina para la Coordinación de Ayuda Humanitaria (OCHA) se ha referido a ese embate como el incidente más mortífero en Gaza desde que se intensificaron las hostilidades, recordando que entre las víctimas se encontraban niños, personal de atención médica y desplazados internos.
Hacen falta al menos cien camiones de ayuda al día
Al conocer el acuerdo negociado por Estados Unidos, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, lo acogió con beneplácito e hizo hincapié en que muchas vidas dependen de la entrada de esa asistencia.
Al informar al Consejo de Seguridad el miércoles, el titular de OCHA, Martin Griffiths, destacó la necesidad de que los actores humanitarios puedan “distribuir ayuda a los civiles necesitados en toda Gaza, sin impedimentos y en lugares seguros”.
Griffiths también aseveró que se necesitan al menos cien camiones con suministros humanitarios por día para satisfacer las necesidades de los más de dos millones de residentes del territorio asediado.
Según despachos de prensa, se ha enviado equipo para reparar los baches en el cruce de Rafah con el fin de permitir la entrada del convoy de ayuda inicial. Más de cien camiones están esperando la luz verde final en el lado egipcio.
Israel declaró que permitiría la entrada de ayuda limitada a Gaza siempre que ésta no beneficie a Hamás.
Una semana en la oscuridad
La población de Gaza se ha enfrentado a una situación cada vez más desastrosa, con un apagón total de electricidad desde el 11 de octubre, una creciente inseguridad alimentaria y un sistema de salud a punto del colapso.
El personal humanitario en la Franja advirtió que las personas consumen agua de fuentes inseguras “corriendo peligro de muerte y poniendo a la población en riesgo de brotes de enfermedades infecciosas”.
Mientras los bombardeos israelíes continúan, alrededor de un millón de personas, cerca de la mitad de la población de Gaza, han debido desplazarse desde el inicio del conflicto, más de medio millón de ellas refugiadas en instalaciones de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA).