Los trabajadores humanitarios reiteraron sus peticiones de acceso a todas las zonas del enclave asolado por la guerra, donde el número de muertos se acerca a los 15.000 y muchos desplazados duermen en las calles.
El portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), Jens Laerke, declaró a la prensa en Ginebra que la esperanza respecto al acuerdo entre Israel y Hamás anunciado a principios de semana es: “que se respete la pausa, que nos permita llegar a la gente que nos necesita y que se extienda convirtiéndose en un alto al fuego humanitario real a largo plazo”.
Además de la pausa humanitaria de 96 horas en los combates, el acuerdo, facilitado por Egipto, Qatar y Estados Unidos, estipula la liberación de los rehenes tomados durante el ataque terrorista de Hamás contra Israel el 7 de octubre, así como de los detenidos palestinos de las cárceles israelíes.
“Esperamos que el acuerdo… dé un respiro a la población de Gaza e Israel y un cierto alivio a los rehenes y detenidos que serán liberados, así como a sus familias”, declaró Laerke.
Llegar a la gente dondequiera que esté
El portavoz de OCHA subrayó la “situación volátil e intensa” que se está desarrollando en las primeras horas de la tregua, e hizo hincapié en que “el proceso de ayuda es bastante largo y parte de él, de hecho gran parte de él, está fuera de nuestro control y tiene que ver con la verificación de los envíos”.
Hablando de la urgencia de llegar a las personas necesitadas “dondequiera que estén”, destacó la apremiante necesidad de acceder al norte de Gaza “donde los daños y las necesidades humanitarias son mayores” y que lleva mucho tiempo aislado del sur del enclave y de la ayuda por las operaciones militares israelíes.
Se prevén más evacuaciones hospitalarias
El portavoz de la Agencia de la ONU para la Salud (OMS), Christian Lindmeier, unió su voz a las esperanzas de que la pausa se prolongue en un alto al fuego sostenido, destacó la difícil situación de los pacientes y trabajadores sanitarios atrapados en los hospitales del norte de Gaza y afirmó que están en marcha la planificación y los esfuerzos para realizar nuevas evacuaciones, especialmente de los hospitales Indonesia y Al-Ahli.
El miércoles, en un esfuerzo conjunto de las agencias de la ONU y la organización humanitaria asociada Media Luna Roja Palestina (MLRP), 151 heridos y enfermos, sus familiares y trabajadores sanitarios fueron evacuados del hospital Al-Shifa de la ciudad de Gaza y transportados en un convoy de ambulancias y autobuses al sur.
Lindmeier declaró que la Organización Mundial para la Salud está “extremadamente preocupada por la seguridad de los aproximadamente 100 pacientes y trabajadores sanitarios” que permanecen en el hospital.
De los 24 hospitales que funcionaban en el norte antes de la guerra, 22 están fuera de servicio o no pueden admitir nuevos pacientes, mientras que, de las 11 instalaciones médicas del sur, ocho están en funcionamiento. Según la OMS, sólo uno de ellos tiene capacidad para tratar traumatismos graves o realizar intervenciones quirúrgicas complejas.
Combustible para las operaciones de rescate
En el periodo previo al inicio de la tregua el viernes a las 7 de la mañana, OCHA señaló un aumento de los bombardeos y de los enfrentamientos violentos, afirmando que los ataques israelíes por aire, tierra y mar se intensificaron en la mayor parte de Gaza, “junto con los combates terrestres con grupos armados palestinos en el norte, Jabalia en particular”, y que se registraron muchas víctimas.
Mientras el número de muertos en el enclave superaba los 14.800 hasta el jueves por la noche, según la Oficina de Medios de Comunicación del Gobierno de Gaza citada por OCHA, se calcula que miles de personas están atrapadas bajo las ruinas de sus casas.
En el marco de la ampliación de la ayuda humanitaria, Jens Laerke insistió en la necesidad de hacer llegar más combustible a la Franja para “hacer funcionar la maquinaria que ayuda a sacar a la gente de los escombros”, dados los enormes daños sufridos por las infraestructuras y el derrumbe de edificios.
La Oficina de Coordinación informó de que el jueves entraron en Gaza 68.383 litros de combustible procedentes de Egipto, tras una decisión israelí del 18 de noviembre de “permitir la entrada diaria de pequeñas cantidades de combustible para operaciones humanitarias esenciales”. La Oficina de la ONU dijo la semana pasada que se necesitaban unos 200.000 litros de combustible al día.
Laerke subrayó que el combustible que entra en Gaza está “bajo custodia de la ONU en todo momento” y se está distruyendo por la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, UNRWA.
Lo mínimo
Se calcula que en Gaza hay más de 1,7 millones de desplazados internos, de los cuales cerca de un millón se alojan en más de 150 refugios de la UNRWA repartidos por toda la Franja.
“En el sur, de donde la gente se vio obligada a huir por las operaciones militares israelíes, los refugios superan con creces su capacidad y la OCHA” afirma que la mayoría de los hombres y niños mayores desplazados duermen al raso, en los patios de las escuelas o en las calles cercanas.
En un comunicado emitido el jueves, el director de la UNRWA, Philippe Lazzarini, subrayó que los habitantes de Gaza “merecen dormir sin la angustia de saber si podrán sobrevivir la noche“.
“Esto es lo mínimo que cualquiera debería poder tener”, insistió.