La marca alemana supo aprovechar el principio de que la materia no se crea ni se destruye, solo se transforma
El reciclaje de autos y sus componentes es un factor que cobra más importancia en la fabricación de nuevos vehículos. Lo que antes podría quedarse abandonado mientras la naturaleza los destruía, hoy son aprovechados para fabricar nuevas piezas, como lo demuestra Audi.
La marca de los cuatro aros se dispuso a juntar piezas de plástico que sus talleres generan a modo de basura, tales como fascias, tolvas o parrillas, pasan por un ciclo químico que los degrada hasta crear pequeñas bolas de plástico para ser derretidas.
Como es natural en cualquier reciclaje, estas piezas tienen que ser limpiadas para remover polvo, metal o cualquier otra impureza y así, proceder a la pirólisis que después crea el granulado de plástico.
Finalmente, este plástico tiene una segunda vida para crear las hebillas donde se sujetan los cinturones de seguridad en el Q8 e-tron. Este proceso reduce los costos de producción además de ser más amigable con el medio ambiente.
Audi no es la única marca en recurrir al reciclaje, pues Volvo, Jaguar, Toyota y varias más también usan materiales de este tipo en las vestiduras o componentes internos, además de que al terminar la vida útil del auto, es más sencillo volver a reciclarlos.