Multitud supera a la Ayudantía, que por momentos vivió tensión en el recorrido
La marcha de este domingo en respaldo a Andrés Manuel López Obrador se convirtió en una gran fiesta encabezada por el mismo presidente de la República, donde acarreados y no acarreados, funcionarios públicos, legisladores, gobernadores y ciudadanos desbordaron Paseo de la Reforma, la avenida Juárez y otras arterias del Centro Histórico de la Ciudad de México, para celebrar el cuarto aniversario del gobierno de la Cuarta Transformación.
Desde las primeras horas del día llegaron a las inmediaciones del Ángel de la Independencia cientos de autobuses procedentes de distintos estados del país con miles de manifestantes, algunos de los cuales viajaron más de 30 horas en carretera desde Quintana Roo o Sonora.
Había contingentes de los sindicatos Minero, el Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE) y el Mexicano de Electricistas (SME), además de organizaciones sociales como el Frente Popular Francisco Villa, la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, Mercados Sobre Ruedas y Mercados Unidos de Tlalpan. También se observaron prácticas de otras marchas como el pase de lista y la entrega de lonches.
Antes de las nueve de la mañana, el Ángel ya estaba repleto de manifestantes con playeras, gorras, banderines, mantas y cartulinas en las que expresaban su apoyo al Mandatario y su repudio a la “derecha” y los “conservadores”. “Es un honor marchar con Obrador”, volvió a escucharse como el grito de batalla de los simpatizantes del hoy Presidente.
Vestido de camisa blanca, el Mandatario federal caminó durante más de cinco horas los 4.5 kilómetros que separan a la glorieta del Ángel de la Plaza de la Constitución, junto a sus tres corcholatas: Adán Augusto López Hernández, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard.
Si bien miles de personas se integraron a los contingentes que marcharon, otras tantas prefirieron colocarse a la orilla de los carriles centrales y el camellón para gritar consignas de apoyo, observar y grabar con su celular el momento en que el Mandatario pasara frente a ellas.
Entre empujones, personal de la Ayudantía del Presidente sudó la “gota gorda” para abrirle paso entre miles de personas que querían verlo de cerca, por lo que se pedía constantemente a voluntarios que formaran una valla humana para permitir que avanzara el contingente.
Pero también hubo momentos de tensión porque el Presidente no avanzaba, incluso dentro de su equipo cercano se denotaba preocupación.
Sólo en algunos tramos la valla funcionó, ya que fue más grande la cantidad de gente que quería estar cerca del político tabasqueño.
Algunas personalidades que no participaron en la marcha estuvieron muy presentes en las consignas. Fue el caso del senador de Morena y aspirante a la candidatura presidencial, Ricardo Monreal, que se encuentra de gira oficial en Madrid, España y a quien no bajaron de traidor y lo recordaron con un “¡fuera Monreal”.
La misma consigna fue coreada contra el presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, a quien dibujaron en mantas con cuerpo de rata y la leyenda “al INE sí se le toca”.
Un mariachi le cantó al Presidente. “Nos contrataron una hora. Cobramos 3 mil 500 pesos, nos contrató una particular, de Morena”, explicaron.
Después de más de cinco horas de marcha, López Obrador, quien se negó varias veces a abordar un vehículo, llegó hasta el Zócalo, en una movilización histórica que, como dijo recientemente, podría ser la última para él, aunque paradójicamente volvió a comprobar que “las calles le pertenecen”.