El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos acogió con satisfacción la resolución adoptada por el Consejo de Seguridad, que pide hacer una pausa humanitaria en Gaza para la entrada de asistencia vital, y apeló a las partes en conflicto a deponer las armas y a crear el espacio político para salir del “horror” que se está viviendo.
Es imperativo detener las hostilidades para dar espacio a la acción humanitaria, como exige la resolución 2712 del Consejo de Seguridad adoptada el miércoles por la noche, declaró este jueves Volker Türk , urgiendo a las partes en el conflicto a implementar inmediatamente la disposición del Consejo.
En declaraciones a la prensa en Ginebra, Türk recordó que actualmente los médicos en Gaza operan usando teléfonos móviles como fuente de luz e intervienen sin anestesia a niños que gritan por el dolor.
Condenó los ataques generalizados contra civiles en las últimas cinco semanas de hostilidades y pugnó por la rendición de cuentas de los responsables de violaciones graves de los derechos humanos.
Una vez más, reiteró que los ataques contra hospitales, escuelas, mercados y panaderías, al igual que los castigos colectivos como el “bloqueo y asedio de Israel a Gaza” están prohibidos por el derecho internacional humanitario.
Las leyes internacionales también prohíben el lanzamiento indiscriminado de proyectiles, como el que hacen grupos armados palestinos hacia Israel, la toma de rehenes y el “uso de civiles para proteger lugares de operaciones militares”.
“Estoy de parte de cualquier civil, palestino o israelí, que sufre daños o vive con miedo”, afirmó.
Situación desesperada
Con respecto a la desesperada situación humanitaria en la Franja de Gaza, Türk destacó las múltiples muertes de pacientes en el asediado hospital Al-Shifa de la ciudad de Gaza y la proliferación de ataques a los centros de atención médica en la Franja. Desde el 7 de octubre, la Organización Mundial de la Salud ha documentado 137 arremetidas contra esas instalaciones.
El Alto Comisionado dio cuenta de las personas obligadas a desplazarse hacia el sur por los bombardeos israelíes, “llevando a familiares ancianos y niños aterrorizados, a veces heridos, moviéndose lentamente por una carretera llena de cráteres de bombas”, y de aquellos que no pueden moverse y que siguen atrapados en el aislado norte de Gaza.
Es inviable establecer “zonas seguras”
Al igual que el coordinador humanitario de la ONU, Martin Griffiths, advirtió que las propuestas para una “zona segura” son “insostenibles” porque dicha zona “no es ni segura ni factible dada la cantidad de personas que la precisan”.
En el mismo tenor, los directores del Comité Permanente Interagencial para Gaza anunciaron hoy que los coordinadores humanitarios no participarán en propuestas unilaterales para crear “zonas seguras” en ese territorio.
“Como líderes humanitarios, nuestra posición es clara: no participaremos en el establecimiento de ninguna “zona segura” en Gaza sin el acuerdo de todas las partes y a menos que sean fundamentales y existan las condiciones para garantizar la seguridad y satisfacer otras necesidades esenciales, además de que haya un mecanismo para supervisar su implementación”, apuntaron en una declaración conjunta.
El Comité consideró que en las condiciones imperantes, las propuestas para crear unilateralmente zonas seguras en Gaza corren el riesgo de causar daños a los civiles, incluidas pérdidas de vidas a gran escala, y deben ser rechazadas. “Sin las condiciones adecuadas, concentrar a los civiles en esas zonas en el contexto de hostilidades activas puede aumentar el riesgo de ataques y daños adicionales. Ninguna zona segura es verdaderamente segura cuando se declara unilateralmente o se hace cumplir mediante la presencia de fuerzas armadas”.
Asimismo, el grupo humanitario aclaró que el debate sobre “zonas seguras” no debe distraer de la obligación de las partes de velar constantemente por proteger a los civiles, dondequiera que estén, y satisfacer sus necesidades esenciales, incluso facilitando el acceso humanitario rápido, seguro y sin obstáculos a toda la población necesitada.
Investigaciones y rendición de cuentas
Voker Türk apoyó el plan de diez puntos presentado ayer por Griffiths que, entre otras cosas, resalta la necesidad de proporcionar combustible para los camiones de ayuda, hospitales, panaderías y plantas desalinizadoras.
En cuanto a la necesidad de justicia, reconoció que la documentación y análisis de pruebas de todos los abusos es un proceso largo, pero añadió que es preciso llevarlo a cabo e hizo hincapié en la importancia del acceso tanto a Israel como al territorio palestino ocupado para una supervisión independiente que permita la rendición de cuentas.
Explicó que cuando las autoridades nacionales demuestran que no quieren o no pueden llevar a cabo investigaciones, y “cuando hay relatos controvertidos sobre incidentes particularmente significativos”, se puede solicitar una investigación internacional.
Sobre el caso del hospital Al-Shifa, que fue objeto de una incursión militar israelí esta semana, señaló que hay declaraciones contradictorias sobre los acontecimientos, lo que justificaría una investigación internacional independiente “para saber qué está sucediendo realmente”.
Las fuerzas israelíes allanaron el hospital alegando que Hamás había establecido un centro de mando debajo del hospital, acusación negada por el personal médico.
Más allá de Gaza
Por otra parte, Türk aseveró que la crisis se extiende mucho más allá de Gaza, con una situación “potencialmente explosiva” en la Cisjordania ocupada, donde los ataques de los colonos contra los palestinos y el uso de medios militares en las operaciones de aplicación de la ley están aumentando.
Al regresar de una visita a la región la semana pasada, el Alto Comisionado estuvo de acuerdo con “el profundo presentimiento de muchos de [sus] interlocutores sobre el riesgo de que [el conflicto] se extienda a toda la región de Medio Oriente, si la trayectoria actual continúa”.
Türk alertó contra una mayor polarización y llamó a redoblar los esfuerzos en busca de puntos en común que lleven a una solución.